CIUDAD DEL VATICANO, 21 MAY 2007 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, pronunció un discurso titulado "La Santa Sede y los retos actuales para promover la salud", en el ámbito de la LX Asamblea Mundial de la Salud que se celebra en esa localidad del 14 al 23 de mayo.
El arzobispo felicitó a Margaret Chan, nueva directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y elogió que el interés primordial durante su mandato fuera "la salud de las mujeres y de los pueblos de África", recordando al mismo tiempo que la Iglesia Católica ha estado siempre en primera línea ayudando a la mujer a" armonizar su bienestar físico, psicológico y social con los valores morales y espirituales", ya que "está convencida de la igual dignidad y complementariedad dada por Dios a los hombres y mujeres".
Por cuanto se refiere a África, "los Papas -dijo- han reiterado su preocupación porque (...) muchas naciones son todavía presas del hambre, la guerra, los conflictos raciales y tribales, la inestabilidad política y la violación de derechos humanos", y recordó en particular la exhortación de Benedicto XVI a la comunidad internacional, "No debemos olvidar África".
El observador permanente de la Santa Sede alabó la atención de la Asamblea por las resoluciones relativas a las epidemias de tuberculosis, malaria, y VIH, y recordó que el pasado otoño, el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud convocó en el Vaticano a más de 500 expertos para reflexionar sobre "los aspectos pastorales del tratamiento de enfermedades infecciosas" y que Benedicto XVI, dirigiéndose a los participantes, "acentuó la necesidad de una mayor justicia social en el delicado sector del tratamiento y el cuidado de los enfermos para asegurar una justa distribución de recursos para la investigación y el tratamiento". Asimismo, el Santo Padre, en su reciente carta a la cancillera Angela Merkel, cuando Alemania asumió la presidencia del G8, abogaba por "la necesidad de acceso a la tecnología médica y farmacéutica sin imponer condiciones jurídicas o económicas".
En este sentido, el arzobispo lamentó la desaparición anual de diez millones y medio de niños menores de cinco años, víctimas de "enfermedades tratables en los adultos pero para quienes no hay todavía dosis y fórmulas apropiadas de tratamiento pediátrico". A esto hay que añadir que "solamente el 15 % de niños seropositivos que necesitan tratamiento anti-retroviral tiene acceso a esta terapia que les salva la vida".
"Durante esta asamblea y la consiguiente puesta en práctica de sus resoluciones -concluyó el prelado-, mi delegación insistirá en el concepto de salud enraizado en una antropología respetuosa del ser humano en su integridad y que va más allá de la ausencia de enfermedad, basada en cambio en (...) el equilibrio de las fuerzas físicas, emotivas, espirituales y sociales que componen el ser humano".
DELSS/SALUD/GINEBRA:TOMASI VIS 20070521 (480)
El arzobispo felicitó a Margaret Chan, nueva directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y elogió que el interés primordial durante su mandato fuera "la salud de las mujeres y de los pueblos de África", recordando al mismo tiempo que la Iglesia Católica ha estado siempre en primera línea ayudando a la mujer a" armonizar su bienestar físico, psicológico y social con los valores morales y espirituales", ya que "está convencida de la igual dignidad y complementariedad dada por Dios a los hombres y mujeres".
Por cuanto se refiere a África, "los Papas -dijo- han reiterado su preocupación porque (...) muchas naciones son todavía presas del hambre, la guerra, los conflictos raciales y tribales, la inestabilidad política y la violación de derechos humanos", y recordó en particular la exhortación de Benedicto XVI a la comunidad internacional, "No debemos olvidar África".
El observador permanente de la Santa Sede alabó la atención de la Asamblea por las resoluciones relativas a las epidemias de tuberculosis, malaria, y VIH, y recordó que el pasado otoño, el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud convocó en el Vaticano a más de 500 expertos para reflexionar sobre "los aspectos pastorales del tratamiento de enfermedades infecciosas" y que Benedicto XVI, dirigiéndose a los participantes, "acentuó la necesidad de una mayor justicia social en el delicado sector del tratamiento y el cuidado de los enfermos para asegurar una justa distribución de recursos para la investigación y el tratamiento". Asimismo, el Santo Padre, en su reciente carta a la cancillera Angela Merkel, cuando Alemania asumió la presidencia del G8, abogaba por "la necesidad de acceso a la tecnología médica y farmacéutica sin imponer condiciones jurídicas o económicas".
En este sentido, el arzobispo lamentó la desaparición anual de diez millones y medio de niños menores de cinco años, víctimas de "enfermedades tratables en los adultos pero para quienes no hay todavía dosis y fórmulas apropiadas de tratamiento pediátrico". A esto hay que añadir que "solamente el 15 % de niños seropositivos que necesitan tratamiento anti-retroviral tiene acceso a esta terapia que les salva la vida".
"Durante esta asamblea y la consiguiente puesta en práctica de sus resoluciones -concluyó el prelado-, mi delegación insistirá en el concepto de salud enraizado en una antropología respetuosa del ser humano en su integridad y que va más allá de la ausencia de enfermedad, basada en cambio en (...) el equilibrio de las fuerzas físicas, emotivas, espirituales y sociales que componen el ser humano".
DELSS/SALUD/GINEBRA:TOMASI VIS 20070521 (480)
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