CIUDAD DEL VATICANO, 20 MAY 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy las cartas credenciales de Francisco Vázquez Vázquez, nuevo embajador de España ante la Santa Sede.
El Papa comenzó su discurso al diplomático afirmando que tenía de España "un recuerdo muy grato, tanto por la amabilidad de las personas con quienes me he encontrado -dijo- como por la abundancia y alto valor de las numerosas obras de arte y expresiones culturales diseminadas por su geografía".
"Es un patrimonio envidiable, que denota una brillante historia, imbuida profundamente de valores cristianos (..) y comprende obras en las que sus creadores han plasmado sus ideales y su fe. Si esto se ignorara o acallara, perdería buena parte de su atractivo y significado, pero seguirían siendo, por decirlo así, "piedras que hablan".
Benedicto XVI recordó después que "las multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede (...) reflejan el vínculo constante del pueblo español con la fe católica. La gran vitalidad que la Iglesia ha tenido y tiene en su País es como una invitación especial a reforzar dichas relaciones y fomentar la colaboración estrecha entre ella y las instituciones públicas, de manera respetuosa y leal, desde las respectivas competencias y autonomía, con el fin de lograr el bien integral de las personas que, siendo ciudadanos de su patria, son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia".
"En efecto, (...) la Iglesia impulsa a los creyentes a que amen la justicia y participen honestamente en la vida pública o profesional con sentido de respeto y solidaridad, para "promover orgánica e institucionalmente el bien común". También está comprometida en la promoción y defensa de los derechos humanos, por la alta consideración que tiene de la dignidad de la persona en su integridad, en cualquier lugar o situación en que se encuentre"
"Por eso -subrayó el Santo Padre-, la Iglesia proclama sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas. A este respecto, el Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar (...) en Valencia (...) me dará oportunidad de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social".
"La Iglesia insiste también en el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta. A este propósito, es para mí un motivo de satisfacción constatar la gran demanda de la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas españolas, lo cual significa que la población reconoce la importancia de dicha asignatura para el crecimiento y formación personal y cultural de los jóvenes".
"Esta importancia para el desarrollo de la personalidad del alumno es el principio básico del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre la enseñanza y asuntos culturales, en el cual -recordó- se establece que la enseñanza de la religión católica se impartirá "en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales".
Por último, el Papa se refirió a la "misión evangelizadora" de la Iglesia de la que forma parte "la acción caritativa", y recordó que "en la España de hoy, como en su larga historia, este aspecto se manifiesta particularmente fecundo por sus numerosas obras asistenciales, en todos los campos y con gran amplitud de miras. Y, puesto que esta labor no se inspira en estrategias políticas o ideológicas (...) sino en "un deber de humanidad", la colaboración en el campo de la asistencia y ayuda humanitaria ha conseguido muchos logros, y es de esperar que se fomente cada vez más".
CD/CREDENCIALES/VAZQUEZ VIS 20060522 (630)
El Papa comenzó su discurso al diplomático afirmando que tenía de España "un recuerdo muy grato, tanto por la amabilidad de las personas con quienes me he encontrado -dijo- como por la abundancia y alto valor de las numerosas obras de arte y expresiones culturales diseminadas por su geografía".
"Es un patrimonio envidiable, que denota una brillante historia, imbuida profundamente de valores cristianos (..) y comprende obras en las que sus creadores han plasmado sus ideales y su fe. Si esto se ignorara o acallara, perdería buena parte de su atractivo y significado, pero seguirían siendo, por decirlo así, "piedras que hablan".
Benedicto XVI recordó después que "las multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede (...) reflejan el vínculo constante del pueblo español con la fe católica. La gran vitalidad que la Iglesia ha tenido y tiene en su País es como una invitación especial a reforzar dichas relaciones y fomentar la colaboración estrecha entre ella y las instituciones públicas, de manera respetuosa y leal, desde las respectivas competencias y autonomía, con el fin de lograr el bien integral de las personas que, siendo ciudadanos de su patria, son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia".
"En efecto, (...) la Iglesia impulsa a los creyentes a que amen la justicia y participen honestamente en la vida pública o profesional con sentido de respeto y solidaridad, para "promover orgánica e institucionalmente el bien común". También está comprometida en la promoción y defensa de los derechos humanos, por la alta consideración que tiene de la dignidad de la persona en su integridad, en cualquier lugar o situación en que se encuentre"
"Por eso -subrayó el Santo Padre-, la Iglesia proclama sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas. A este respecto, el Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar (...) en Valencia (...) me dará oportunidad de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social".
"La Iglesia insiste también en el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta. A este propósito, es para mí un motivo de satisfacción constatar la gran demanda de la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas españolas, lo cual significa que la población reconoce la importancia de dicha asignatura para el crecimiento y formación personal y cultural de los jóvenes".
"Esta importancia para el desarrollo de la personalidad del alumno es el principio básico del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre la enseñanza y asuntos culturales, en el cual -recordó- se establece que la enseñanza de la religión católica se impartirá "en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales".
Por último, el Papa se refirió a la "misión evangelizadora" de la Iglesia de la que forma parte "la acción caritativa", y recordó que "en la España de hoy, como en su larga historia, este aspecto se manifiesta particularmente fecundo por sus numerosas obras asistenciales, en todos los campos y con gran amplitud de miras. Y, puesto que esta labor no se inspira en estrategias políticas o ideológicas (...) sino en "un deber de humanidad", la colaboración en el campo de la asistencia y ayuda humanitaria ha conseguido muchos logros, y es de esperar que se fomente cada vez más".
CD/CREDENCIALES/VAZQUEZ VIS 20060522 (630)
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