LA LIBERTAD RELIGIOSA ESTA LEJOS DE SER GARANTIZADA

CIUDAD DEL VATICANO, 4 DIC 2005 (VIS).-El Papa se asomó este mediodía a la ventana de su estudio privado para rezar el Angelus con miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro.

El Santo Padre afirmó que en este tiempo de Adviento "la comunidad eclesial, mientras se prepara para celebrar el gran misterio de la Encarnación, está invitada a descubrir y profundizar en la propia relación personal con Dios. (...) Dios espera una respuesta de amor. En estos días, la liturgia nos presenta como modelo perfecto de esta respuesta a la Virgen María, a quien el jueves próximo, 8 de diciembre, contemplaremos en el misterio de la Inmaculada Concepción".

Tras poner de relieve que la Virgen es un "ejemplo para el creyente que vive en la búsqueda de Dios", Benedicto XVI señaló que "a este tema, como al de la relación entre verdad y libertad, dedicó el Concilio Vaticano II una reflexión atenta": la Declaración "Dignitatis humanae", sobre la libertad religiosa.

Este derecho humano fundamental, dijo, "deriva de la singular dignidad del ser humano que, entre todas las criaturas de esta tierra, es la única capaz de establecer una relación libre y consciente con su Creador".

"El Concilio Vaticano II -prosiguió-, reafirma la doctrina tradicional católica, según la cual, el hombre, en cuanto criatura espiritual, puede conocer la verdad y, por tanto, tiene el deber y el derecho de buscarla. El Concilio insiste ampliamente en la libertad religiosa, que debe ser garantizada tanto a los individuos como a las comunidades, en el respeto de las legítimas exigencias del orden público".

El Santo Padre subrayó que esta enseñanza conciliar, después de cuarenta años, "sigue siendo de gran actualidad. De hecho, la libertad religiosa está lejos de ser garantizada en todas partes. En algunos casos se niega por motivos religiosos o ideológicos; otras veces, aún siendo reconocida de forma escrita, es obstaculizada en la práctica por el poder político o, de forma más solapada, por el predominio cultural del agnosticismo y del relativismo".

El Papa pidió finalmente "que todos los seres humanos puedan realizar plenamente la vocación religiosa que llevan inscrita en su propio ser".

Después del Angelus, Benedicto XVI recordó que el 9 de diciembre se conmemora el trigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos de los Impedidos, proclamada por Naciones Unidas. En esta ocasión -dijo-, invito a cada uno a trabajar cada vez más a favor de la integración de las personas discapacitadas en la sociedad, en el mundo del trabajo, así como en la comunidad cristiana, recordando que toda vida humana es digna de respeto y debe ser protegida desde la concepción hasta su ocaso natural. Aseguro mi apoyo y oración a todos los que se dedican a esta inmensa tarea".
ANG/LIBERTAD RELIGIOSA/... VIS 20051205 (460)