CIUDAD DEL VATICANO, 5 NOV 2005 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los obispos de la Conferencia Episcopal de Austria que acaban de concluir su visita "ad limina". En su discurso, en alemán, el Papa recordó que los prelados "consolidan así el vínculo con el sucesor de Pedro" y "viven la comunión de la Iglesia universal".
"En los últimos meses -prosiguió el Santo Padre- hemos podido experimentar la vitalidad de la Iglesia en toda su frescura y su energía misionera mundial, especialmente durante la XX Jornada Mundial de la Juventud de Colonia. (...) Incluso cuando este ímpetu no es visible, sabemos que el Señor está con nosotros, como prometió, y domina todos los tiempos "hasta la consumación de los siglos". Después, se refirió también a la vivacidad de la recién concluida Asamblea sinodal dedicada a la Eucaristía, "fuente de la vida y de la misión de la Iglesia".
A continuación, el Papa se centró en la situación concreta de las diócesis austriacas para individuar los puntos que requieren la atención de los obispos y subrayó que "gracias a la presencia del Señor Resucitado podemos afrontar la realidad sin miedo y con optimismo, sin que por otra parte éste nos impida llamar a las cosas por su nombre, con objetividad y sin intentar embellecerlas".
"La secularización -dijo Benedicto XVI- es un hecho doloroso, cada vez más presente en Europa, y que no se ha detenido ante las puertas de la católica Austria. Las personas no se identifican con las enseñanzas de la Iglesia y con ello disminuye la certeza de la fe y el temor reverencial por la ley de Dios. (...) Sé que os preocupa esta situación y comparto vuestra inquietud. Me pregunto con vosotros ¿qué podemos hacer? ¿Dios nos ha proporcionado una solución para resolver los problemas de la Iglesia en nuestro tiempo, para que podamos hacer frente con coraje a los retos de este tercer milenio?".
"Indudablemente -subrayó el Papa- es necesario el testimonio claro, valiente y entusiasta de la fe en Jesucristo vivo y presente en su Iglesia y en quien el ser humano puede encontrar solamente su auténtica felicidad. Por otra parte, debemos adoptar grandes y pequeñas medidas "misionales" para invertir la tendencia negativa actual".
"Por lo que se refiere al testimonio de fe, recordad que es el primer deber del obispo. "No me acobardé de anunciaros todo el designio de Dios", dijo el apóstol San Pablo en Efeso. Es verdad que debemos actuar con delicadeza, pero esa actitud no debe impedirnos presentar con claridad el mensaje divino, incluso en aquellas materias que no gozan de la simpatía general, o que provocan reacciones de protesta o incluso de burla, sobre todo en el ámbito de la verdad de la fe o de las enseñanzas morales".
"A veces -explicó el Papa-, los responsables de esta misión temen que las personas puedan alejarse si se habla con claridad. Sin embargo, en general, la experiencia demuestra que sucede lo contrario. (...) Una enseñanza católica propuesta de forma incompleta es una contradicción en sí misma y no puede ser fecunda a largo plazo".
Benedicto XVI invitó a los prelados austriacos a intensificar la pastoral juvenil y a utilizar en la catequesis tanto el Catecismo de la Iglesia Católica como el Compendio del mismo, recientemente publicado, y recomendó que se explicase "en todas las parroquias, las asociaciones y movimientos" y que en las familias fuese "una lectura habitual".
El Papa habló también de los factores positivos que distinguen a la Iglesia en Austria, como "la Jornada Católica Centroeuropea, que es un testimonio magnífico de fe católica en el Continente", el regreso a la práctica de la adoración eucarística, los grupos que se reúnen para rezar el Rosario, o la " buena colaboración entre las autoridades civiles y la Iglesia". "Son muchos los ámbitos -concluyó- donde la llama del ardor cristiano puede encenderse nuevamente".
AL/AUSTRIA/... VIS 20051107 (570)
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