CIUDAD DEL VATICANO, 27 NOV 2005 (VIS).- Antes de rezar el primer Angelus del Adviento con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI explicó que este tiempo litúrgico "sumamente sugerente desde el punto de vista religioso (...) está lleno de esperanza y de espera espiritual".
"En Adviento -prosiguió el Papa-, el pueblo cristiano revive un doble movimiento del espíritu: levanta la mirada hacia la meta final de su peregrinación en la historia, que es el regreso glorioso del Señor Jesús (..) y recordando con emoción su nacimiento en Belén, se arrodilla ante el Nacimiento. La esperanza de los cristianos se dirige al futuro,
pero está siempre enraizada en un acontecimiento del pasado".
Tras subrayar que éste es "el tiempo en que es necesario que los cristianos despierten en su corazón la esperanza de poder renovar el mundo con la ayuda de Dios", el Santo Padre citó de nuevo la constitución del Concilio Vaticano "Gaudium et spes", sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, "un texto profundamente impregnado de esperanza cristiana, (...) donde se lee: "Dios nos enseña que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la justicia… No obstante, la espera de una tierra nueva no debe amortiguar, sino más bien aliviar, la preocupación de perfeccionar esta tierra".
ANG/ADVIENTO/... VIS 20051128 (230)
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