CIUDAD DEL VATICANO, 4 OCT 2005 (VIS).-A las 16,30 de hoy, martes, comenzó la cuarta Congregación General de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El presidente delegado de turno fue el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo de Guadalajara (México) y a ella asistieron 242 padres sinodales.
Siguen extractos de algunas intervenciones:
CARDENAL JORGE MARIO BERGOGLIO, S.I., ARZOBISPO DE BUENOS AIRES (ARGENTINA). "Nuestro pueblo fiel cree en la Eucaristía como pueblo eucarístico en María. Vincula el cariño a la Eucaristía y el cariño a la Virgen nuestra Madre y Señora. En la escuela de María, mujer eucarística, podemos releer contemplativamente los pasajes en que Juan Pablo II ve a nuestra Señora como mujer eucarística y mirarla no sola sino "en compañía" del pueblo de Dios. Seguimos aquí aquella regla de la tradición según la cual, con distintos matices "lo que se dice de María se dice del alma de cada cristiano y de la Iglesia entera". Nuestro pueblo fiel tiene la verdadera "actitud eucarística" de la acción de gracias y la alabanza. Recordando a María, nuestro pueblo fiel agradece el ser recordado por ella y este es un memorial de amor verdaderamente eucarístico. Al respecto, repito lo que Juan Pablo II afirmaba en el n1 58 de "Ecclesia de Eucharistia": "La Eucaristía se nos ha dado para que nuestra vida sea, como la de María, toda ella un magnificat".
OBISPO RIMANTAS NORVILA, DE VILKAVISKIS (LITUANIA). "Si faltan las ganas o no existe la posibilidad de la reconciliación sacramental, es imposible que los católicos vivan una unión más profunda con Jesucristo y con la Iglesia, gracias a la Eucaristía. De este modo, el cristiano no llega a valorar la Eucaristía como fuente de gracia y poco a poco pierde los lazos con la comunidad parroquial y la cercanía a toda la Iglesia. Al mismo tiempo, sin la praxis de la reconciliación, aumenta el subjetivismo y es más difícil valorar el comportamiento personal y la religiosidad. La práctica del sacramento de la Penitencia ha disminuido en todo el mundo. (...) Junto a la dimensión de la práctica de la Penitencia, con frecuencia crecen las tendencias opuestas a la fe cristiana. La necesidad de religiosidad, la experiencia de vida religiosa en el pasado, generalmente impulsan a la búsqueda de caminos más amplios y distintos. Como todos vemos, en las sociedades actuales, especialmente en las occidentales, están muy difundidos el esoterismo, la magia, el ocultismo, las tendencia de la New Age. Todo esto en su conjunto permite a la persona crear nuevas relaciones comunitarias, sociales, que la alejan cada vez más de la Iglesia, del pensamiento católico y debilitan la fe. Más aún, observamos deformaciones de la conciencia, cambios que influyen en la personalidad. Sin embargo, para formar de modo positivo la conciencia, uno de los mejores instrumentos, de los más privilegiados, es la Reconciliación y la dirección espiritual. (...) Esto nos ayudará a todos a acercarnos a Jesús Eucaristía, a crear un vínculo más profundo con la Iglesia. La Penitencia conduce más cerca de Cristo, mientras que la falta de Penitencia aleja de Dios".
OBISPO GREGORIO NICANOR PEÑA RODRIGUEZ, DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALTAGRACIA EN HIGUEY (REPUBLICA DOMINICANA). "Ninguna comunidad cristiana se edifica si no tiene por raíz y centro la Eucaristía. Es una urgente necesidad que la celebración del Sacrificio Eucarístico sea centro y culminación de toda la vida de la comunidad. En nuestras comunidades, las celebraciones eucarísticas se han revitalizado a raíz de la celebración del Año de la Eucaristía. Se han potenciado los valores positivos de la misma y se ha redescubierto su centralidad para la vida de la comunidad y para su misión en el mundo. El proceso de maduración sobre la Eucaristía ha sido una experiencia vivida gozosamente por nuestros fieles durante todo el año y esperamos que esta realidad perdure para siempre".
OBISPO JAN PAWEL LENGA, M.I.C., DE KARAGANDA (KAZAKISTAN). "Entre las innovaciones litúrgicas en el mundo occidental, hay dos que oscurecen en cierto modo el aspecto de centralidad y el carácter sagrado de la Eucaristía: la desaparición del sagrario del centro y la distribución de la comunión en la mano. (...), que se está divulgando e incluso imponiendo por comodidad, como si fuera una especie de moda. (...) Me gustaría hacer, por tanto, con humildad, las siguientes propuestas concretas: que la Santa Sede establezca una norma universal motivada, según la cual el modo oficial de recibir la comunión sea en la boca y de rodillas; la comunión en la mano debería reservarse al clero. Que los obispos de los lugares donde se ha introducido la comunión en la mano, actúen con prudencia pastoral y reconduzcan gradualmente a los fieles al rito oficial de la comunión, válido para todas las Iglesia locales".
OBISPO LORENZO VOLTOLINI ESTI, AUXILIAR DE PORTOVIEJO (ECUADOR). "La abstinencia de la celebración de la Misa el viernes de Cuaresma debería ayudar a los fieles a sentir más hambre del alimento eucarístico y a los sacerdotes les daría la posibilidad de ponerse a disposición de los fieles que quieran recibir el sacramento de la Penitencia, estableciendo entre los dos sacramentos una relación de igualdad en dignidad y necesidad. (...) Propongo que se sugiera o al menos que se permita a las diócesis o a las conferencias nacionales que lo pidan que se instituya, preferentemente en Cuaresma y quizá el viernes, el día del ayuno eucarístico, que se viva no solo como día de ausencia eucarística, sino como preparación y espera de la Eucaristía. Esto no debería ser considerado una interrupción de la costumbre de celebrar cada día la Eucaristía, sino un modo para valorar el misterio pascual de Jesucristo, igualmente celebrado en la Penitencia y en la Eucaristía, en la totalidad y en la complementariedad de los dos sacramentos".
ARZOBISPO JOHN ATCHERLEY DEW, DE WELLINGTON (NUEVA ZELANDA). "Nuestras Iglesias se enriquecerían si pudiésemos invitar a los católicos comprometidos, actualmente excluidos de la Eucaristía para que vuelvan a la mesa del Señor. Hay quienes su primer matrimonio ha terminado tristemente. Nunca han abandonado la Iglesia, pero actualmente están excluidos de la Eucaristía. Hay católicos casados con personas bautizadas de otras religiones cristianas. Les reconocemos como una sola cosa en Cristo en el sacramento del Matrimonio, pero no al recibir la Eucaristía. Este Sínodo debe tener un enfoque pastoral. Tenemos que hallar los modos para incluir a los que tienen hambre del Pan de la Vida. Es necesario afrontar el escándalo de los que tienen hambre del alimento eucarístico, como se debe afrontar el escándalo del hambre física".
SE/CUARTA CONGREGACION/... VIS 20051005 (1090)
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