SOLIDARIDAD, PROMOCION BIEN COMUN, DESARROLLO SOSTENIBLE

CIUDAD DEL VATICANO, 24 SEP 2005 (VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, intervino ayer en el debate general conclusivo de la 60 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El arzobispo Migliore señaló que aunque la Santa Sede aprueba la mayor parte de lo propuesto en el documento final, sin embargo, "la falta de consenso sobre el control y la no proliferación de armas es una pena".

La Santa Sede entiende las referencias que hace el documento a las dos Conferencias Internacionales (El Cairo, 1994) sobre Población y Desarrollo y (Beijing ,1995) sobre la Mujer, y al tema de la salud reproductiva, como ya explicó en su momento en esas conferencias, es decir, "aplicados a un concepto global de salud que no considera el aborto o el acceso al aborto una dimensión en esos términos".

"Vivimos -afirmó- en una sociedad interdependiente pero frágil y, en muchos lugares, los mejores intereses de los pueblos no son bien servidos". En este contexto, mencionó "tres campos específicos que suponen un desafío ético: solidaridad con los pobres, promoción del bien común y desarrollo sostenible".

Refiriéndose a los derechos humanos y a la variedad de culturas, el observador permanente dijo que "el derecho internacional y sus instituciones son vitales para la aplicación de los derechos humanos. Así, no deberíamos perder de vista la importancia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos da a la incorporación de sus principios en el derecho nacional y en la educación, para promover una cultura respetuosa de aquellos derechos".

"La referencia a los deberes en la Declaración Universal nos recuerda que los derechos normalmente conllevan responsabilidades; y que si esperamos que nuestros derechos sean respetados, debemos respetar los derechos de los demás. (...) Un mayor sentido de los deberes humanos universales beneficiaría la causa de la paz, porque la conciencia de nuestra responsabilidad mutua reconoce los deberes como esenciales para un orden social que no depende de la voluntad o del poder de ningún individuo o grupo".

El arzobispo Migliore, hablando al final de las religiones, culturas y civilizaciones, afirmó que "la Santa Sede apoya las iniciativas en el campo de la cooperación entre diferentes creencias y el diálogo entre las civilizaciones, especialmente donde (...) formen conciencias, fomenten los valores morales comunes y promuevan el entendimiento intercultural y los compromisos activos".
DELSS/60 SESION/ONU:MIGLIORE VIS 20050926 (390)