CIUDAD DEL VATICANO, 25 GIU 2004 (VIS).-Hoy se hizo público el mensaje del Santo Padre con ocasión de la XXV Jornada Mundial del Turismo, que se celebrará el 27 de septiembre y cuyo tema es: "Deporte y turismo: dos fuerzas vitales para la comprensión mutua, la cultura y el desarrollo de los países".
En el mensaje, fechado el 30 de mayo, solemnidad de Pentecostés, el Papa afirma que el turismo "contribuye a incrementar la relación entre personas y pueblos, que, cuando es cordial, respetuosa y solidaria, es como una puerta abierta a la paz y la convivencia. En efecto, muchas de las situaciones de violencia que sufre la humanidad en nuestros tiempos tienen su raíz en la incomprensión, e incluso en el rechazo de los valores y la identidad de las culturas ajenas. Por eso, podrían superarse tantas veces mediante un mejor conocimiento recíproco. En este contexto, pienso también en los millones de emigrantes, que han de participar en la sociedad que los acoge basándose sobre todo en el aprecio y reconocimiento de la identidad de cada persona o grupo".
"La Jornada Mundial del Turismo, por tanto, no sólo ofrece de nuevo la oportunidad de afirmar la aportación positiva del turismo a la construcción de un mundo más justo y pacífico, sino también de profundizar en las condiciones concretas en que se gestiona y practica".
"A este respecto -continúa-, la Iglesia no puede dejar de reiterar una vez más el núcleo de su visión del hombre y de la historia. En efecto, el principio supremo que debe regir la convivencia humana es el respeto a la dignidad de cada uno, creado a imagen de Dios y, por tanto, hermano de todos los demás. Este principio debería guiar toda la actividad política y económica, como ha sido puesto de relieve en la Doctrina Social de la Iglesia, e inspirar también la convivencia cultural y religiosa".
El Santo Padre escribe que deporte y turismo "están estrechamente unidos en los grandes acontecimientos deportivos en los que participan los países de una región o de todo el mundo, como en los Juegos Olímpicos, que no han de renunciar a su alta vocación de avivar ideales de convivencia, comprensión y amistad".
"Al tratarse de una actividad humana que implica a tantas personas, no es de extrañar que, no obstante la nobleza de los objetivos proclamados, se produzcan también en muchos casos abusos y desviaciones. No se puede ignorar, entre otros fenómenos, el mercantilismo exacerbado, la competitividad agresiva, la violencia contra las personas y las cosas, hasta llegar incluso a la degradación del medio ambiente o la ofensa a la identidad cultural de quien acoge".
"La práctica correcta del deporte debe estar acompañada por la templanza y la educación a la renuncia; con mucha frecuencia requiere también un buen espíritu de equipo, actitudes de respecto, aprecio de las cualidades de los demás, honestidad en el juego y humildad para reconocer las propias limitaciones. El deporte, en fin, especialmente en sus formas menos competitivas, invita a una celebración festiva y a la convivencia amistosa. También el cristiano puede encontrar en el deporte una ayuda para desarrollar las virtudes cardinales -fortaleza, templanza, prudencia y justicia".
El Papa señala que gracias al turismo "se han multiplicado las ocasiones de encuentro entre pueblos y culturas diversas en un clima de buen entendimiento y de armonía. (...) Sin dejar de prestar la debida atención a las desviaciones que lamentablemente siguen produciéndose, deseo exhortar encarecidamente y con renovada esperanza a promover 'un deporte que tutele los débiles y no excluya a nadie, libere a los jóvenes del riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un sano espíritu de competición; un deporte que sea factor de emancipación de los países más pobres y ayude a eliminar la intolerancia y a construir un mundo más fraterno y solidario; un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida y que eduque al sacrificio, al respeto y a la responsabilidad, llevando a una plena valorización de cada uno'"
MESS/JORNADA MUNDIAL TURISMO/... VIS 20040625 (680)
En el mensaje, fechado el 30 de mayo, solemnidad de Pentecostés, el Papa afirma que el turismo "contribuye a incrementar la relación entre personas y pueblos, que, cuando es cordial, respetuosa y solidaria, es como una puerta abierta a la paz y la convivencia. En efecto, muchas de las situaciones de violencia que sufre la humanidad en nuestros tiempos tienen su raíz en la incomprensión, e incluso en el rechazo de los valores y la identidad de las culturas ajenas. Por eso, podrían superarse tantas veces mediante un mejor conocimiento recíproco. En este contexto, pienso también en los millones de emigrantes, que han de participar en la sociedad que los acoge basándose sobre todo en el aprecio y reconocimiento de la identidad de cada persona o grupo".
"La Jornada Mundial del Turismo, por tanto, no sólo ofrece de nuevo la oportunidad de afirmar la aportación positiva del turismo a la construcción de un mundo más justo y pacífico, sino también de profundizar en las condiciones concretas en que se gestiona y practica".
"A este respecto -continúa-, la Iglesia no puede dejar de reiterar una vez más el núcleo de su visión del hombre y de la historia. En efecto, el principio supremo que debe regir la convivencia humana es el respeto a la dignidad de cada uno, creado a imagen de Dios y, por tanto, hermano de todos los demás. Este principio debería guiar toda la actividad política y económica, como ha sido puesto de relieve en la Doctrina Social de la Iglesia, e inspirar también la convivencia cultural y religiosa".
El Santo Padre escribe que deporte y turismo "están estrechamente unidos en los grandes acontecimientos deportivos en los que participan los países de una región o de todo el mundo, como en los Juegos Olímpicos, que no han de renunciar a su alta vocación de avivar ideales de convivencia, comprensión y amistad".
"Al tratarse de una actividad humana que implica a tantas personas, no es de extrañar que, no obstante la nobleza de los objetivos proclamados, se produzcan también en muchos casos abusos y desviaciones. No se puede ignorar, entre otros fenómenos, el mercantilismo exacerbado, la competitividad agresiva, la violencia contra las personas y las cosas, hasta llegar incluso a la degradación del medio ambiente o la ofensa a la identidad cultural de quien acoge".
"La práctica correcta del deporte debe estar acompañada por la templanza y la educación a la renuncia; con mucha frecuencia requiere también un buen espíritu de equipo, actitudes de respecto, aprecio de las cualidades de los demás, honestidad en el juego y humildad para reconocer las propias limitaciones. El deporte, en fin, especialmente en sus formas menos competitivas, invita a una celebración festiva y a la convivencia amistosa. También el cristiano puede encontrar en el deporte una ayuda para desarrollar las virtudes cardinales -fortaleza, templanza, prudencia y justicia".
El Papa señala que gracias al turismo "se han multiplicado las ocasiones de encuentro entre pueblos y culturas diversas en un clima de buen entendimiento y de armonía. (...) Sin dejar de prestar la debida atención a las desviaciones que lamentablemente siguen produciéndose, deseo exhortar encarecidamente y con renovada esperanza a promover 'un deporte que tutele los débiles y no excluya a nadie, libere a los jóvenes del riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un sano espíritu de competición; un deporte que sea factor de emancipación de los países más pobres y ayude a eliminar la intolerancia y a construir un mundo más fraterno y solidario; un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida y que eduque al sacrificio, al respeto y a la responsabilidad, llevando a una plena valorización de cada uno'"
MESS/JORNADA MUNDIAL TURISMO/... VIS 20040625 (680)
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