COSTA DE MARFIL: PROSIGA PROCESO DE RECONCILIACION NACIONAL

CIUDAD DEL VATICANO, 10 ENE 2004 (VIS).-El Papa recibió hoy las cartas credenciales de Kouame Benjamin Konan, el nuevo embajador de Costa de Marfil ante la Santa Sede.

Juan Pablo II habló de la "grave crisis" que atraviesa Costa de Marfil desde septiembre de 2002 y afirmó que espera que "el proceso de reconciliación nacional prosiga y se intensifique y que el diálogo de las armas ceda el paso a las armas del diálogo".

Después subrayó que "la voluntad de llevar a término el desarme de las diversas partes comprometidas en el conflicto es una etapa importante en el camino de la paz porque manifiesta la noble aspiración de decir sí al acuerdo y no a la violencia. (…) No dudo que este proceso de desarme se aplicará a todas las armas en mano de la población, contribuyendo así a la estabilidad interna del país. La perspectiva de la circulación libre de las personas y los bienes debería permitir también a las autoridades devolver la confianza a las poblaciones y facilitar a estás últimas la posibilidad de satisfacer sus necesidades fundamentales". El Santo Padre observó que las instituciones y administraciones deben ser "restablecidas sin retraso ya que sabemos que esas infraestructuras (…) son esenciales para el dinamismo del país".

"La consolidación de las relaciones de confianza entre las comunidades humanas y religiosas que forman vuestro país -prosiguió- es un punto clave y una condición necesaria para que desaparezca el miedo al otro y para volver a encontrar el gusto de vivir juntos. Pido a todos los responsables religiosos y a los miembros de todas las comunidades que se dediquen con todas sus energías a esta tarea esencial para la estabilidad (…) de la nación. Asimismo, la confianza mutua (…) debe enraizarse en la promoción de los valores morales universales, como el respeto de los derechos humanos y el sentido de la dignidad de toda persona".


El Papa manifestó su agrado por las palabras de elogio que tuvo el embajador sobre el papel y las actividades de la Iglesia Católica en Costa de Marfil a la hora de "participar de forma específica (…) en la resolución pacífica del conflicto en el país" y el "papel activo que la Iglesia Católica está jugando para garantizar, en relación con las organizaciones internacionales, la ayuda material, sanitaria, psicológica y espiritual a los prófugos y a las personas traumatizadas por la guerra".

"El amor de Cristo, que la Iglesia quiere testimoniar a toda la humanidad -concluyó el Santo Padre- la lleva a preocuparse por todos los seres humanos, privilegiando a las personas más débiles y a las que sufren. Rechazando todas las divisiones que ponen en peligro el bien común (…) sabe que está llamada a contribuir al crecimiento integral de las personas y los pueblos, en conformidad con su vocación".
CD/CREDENCIALES/COSTA MARFIL VIS 20040112 (490)