CONCLUYE LA VISITA "AD LIMINA" DE LOS OBISPOS SUDANESES

CIUDAD DEL VATICANO, 15 DIC 2003 (VIS).-Juan Pablo II recibió hoy a los prelados de la Conferencia de Obispos Católicos de Sudán, al final de su visita "ad limina", y en el discurso que les dirigió, en inglés, subrayó "las figuras de dos intrépidos testigos de la fe, dos santos cuyas vidas están ligadas íntimamente con vuestra tierra: Santa Josefina Bakhita y San Daniel Comboni".

"Desde sus primeros años -dijo el Papa- Santa Josefina Bakhita conoció la crueldad y la brutalidad con la que un ser humano puede tratar a quien es semejante a él. (…) Su vida nos inspira el firme propósito de trabajar efectivamente para liberar a las personas de la opresión y la violencia, garantizando que su dignidad humana se respeta en el pleno ejercicio de sus derechos. Es el mismo propósito que debe guiar a la Iglesia en Sudán en la actualidad, cuando la nación está en la fase de transición de la hostilidad y el conflicto a la paz y la concordia. (…) El tribalismo y las formas de discriminación basadas en el origen étnico, la lengua o la cultura no pertenecen a una sociedad civilizada y no tienen lugar alguno en la comunidad de creyentes".

Después, Juan Pablo II recordó "las tribulaciones y dolores que afligen a los que escapan de la guerra y la violencia, sobre todo mujeres y niños" y habló de los esfuerzos de los organismos de la Iglesia para ayudar a los refugiados y desplazados en esas situaciones. También se refirió a las numerosas aportaciones de la Iglesia a la vida social y cultural de Sudán y elogió la "reactivación de la Comisión para el Diálogo Interreligioso. Debéis hacer todo lo posible para impulsar este diálogo, sin olvidar que hay que respetar el pluralismo religioso garantizado por la Constitución Sudanesa".

"Como bien sabéis, es misión de la Iglesia hablar sin ambigüedades en nombre de los que no tienen voz, y ser levadura de paz y solidaridad, en particular donde esos ideales son frágiles y están amenazados".

"San Daniel Comboni (…) estaba profundamente convencido de que los africanos debían tener un papel clave en la evangelización del continente. (…) En el transcurso de su actividad misionera, no dejó que los grandes sufrimientos y tribulaciones que tuvo que soportar -privaciones, cansancio, enfermedad, desconfianza- le apartasen de la tarea de predicar la Buena Nueva de Jesucristo. El obispo Comboni fue además un fuerte defensor de la inculturación de la fe".

Hablando de la formación de los laicos, en especial de los catequistas, el Papa sugirió que "sería provechoso preparar y poner a disposición un catecismo sencillo en el lenguaje de la gente. También habría que crear y distribuir textos en las lenguas locales para presentar a Jesús a los que no tienen familiaridad con el mensaje cristiano, además de como medio para el diálogo interreligioso. Sería muy útil en las zonas exentas de la ley de la Shariah, sobre todo en la capital federal Jartum.

"Animad a vuestros sacerdotes -instó el Papa a los obispos- y considerarlos colaboradores preciosos y amigos. (…) Los sacerdotes están llamados al desapego de las cosas materiales y a la dedicación al servicio de los demás mediante la completa entrega de sí mismos en el celibato. La conducta escandalosa debe siempre ser investigada, afrontada y corregida".

Juan Pablo II aconsejó también a los prelados que estuvieran en contacto, lo más posible, con los fieles y que atendieran sus necesidades humanas y espirituales. "Nunca hay que gastar tiempo y recursos en estructuras parroquiales o diocesanas o en programas de desarrollo a expensas de la gente. (…) La ecuanimidad y la transparencia deben ser los rasgos característicos de todos los asuntos financieros, haciendo los esfuerzos necesarios para que las contribuciones se empleen verdaderamente para los propósitos perseguidos".

Al final, el Santo Padre abordó la cuestión de la cooperación ecuménica e interreligiosa y afirmó que podría ser útil "crear un organismo que coordinase los diversos programas encaminados a prestar asistencia y ayuda humanitaria en las distintas regiones del país. Esta coordinación, indudablemente, serviría para incrementar la eficacia de esos programas y podría revelarse provechosa a la hora de conseguir que el gobierno concediese los permisos necesarios para viajar a determinadas zonas".
AL/…/SUDAN VIS 20031215 (700)