OBRA DE LA SANTA INFANCIA: LOS NIÑOS AYUDAN A LOS NIÑOS

CIUDAD DEL VATICANO, 14 JUN 2003 (VIS) - Esta mañana, en el Aula Pablo VI, el Santo Padre recibió a 8.000 niños de la Pontificia Obra de la Infancia Misionera, que celebra este año el 160 aniversario de su fundación por el obispo Charles de Forbin-Janson, de Nancy (Francia). Acompañaban a los niños, sacerdotes, responsables de la Obra y el cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

La Pontificia Obra de la Santa Infancia es una de las cuatro Pontificias Obras Misioneras y, según las palabras del Papa, se trata de "niños que ayudan a los niños". Presta asistencia a más de mil millones de niños en todo el mundo -entre los cuales 300.000 católicos- en sus principales actividades de formación misionera, actividades culturales y cooperación. Las otras obras misioneras son: Propagación de la Fe, San Pedro Apóstol y Pontificia Unión Misionera.

"En vuestros corazones y en vuestros labios -dijo el Papa a los jóvenes- Dios pone una pequeña palabra, que en la Biblia es muy importante: 'He aquí'. La pronunció el Hijo de Dios cuando vino al mundo y su vida fue siempre un responder con prontitud 'He aquí', al Padre Celeste. 'He aquí' fue la respuesta de la Virgen María al Angel que le daba el anuncio de Dios. (...) También vosotros, pequeños misioneros, tenéis que aprender a responder. 'Henos aquí'".

"Es hermoso considerar a la Pontificia Obra de la Infancia Misionera como un coro inmenso, formado por niños de todo el mundo que cantan junto su 'henos aquí' a Dios con la oración, con su entusiasmo y su dedicación concreta".

Después Juan Pablo II observó que desde la fundación de la obra pontificia "la humanidad había experimentado cambios grandes y profundos. En el llamado 'Norte' del mundo las condiciones de vida de la infancia han mejorado, pero el desarrollo económico y social no ha ido siempre acompañado del pleno desarrollo humano. Se ha registrado una pérdida de valores y los que han pagado el precio más alto han sido los más pequeños; además también en las naciones desarrolladas sigue habiendo zonas de gran pobreza".

"En el 'Sur' del planeta -prosiguió- el grito de millones de niños condenados a morir de hambre y enfermedades ligadas a la pobreza, se ha hecho aún más desgarrador y nos interpela a todos".

"Queridos niños de la Santa Infancia -concluyó el Santo Padre- sois los primeros en responder a este llamamiento. Formáis una cadena de solidaridad a través de los cinco continentes y ofrecéis la posibilidad a los más pobres de 'dar' y a los más ricos de 'recibir' dando.

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