CIUDAD DEL VATICANO, 27 ABR 2003 (VIS) - Hoy, Domingo de la Divina Misericordia, al final de la misa celebrada en la Plaza de San Pedro en la que fueron beatificados seis Siervos de Dios, Juan Pablo II saludó a los peregrinos y rezó con ellos el Regina Coeli, la oración que sustituye al Angelus durante la Pascua.
El Papa saludó a los "sacerdotes, religiosas y fieles que animan el Centro de Espiritualidad de la Divina Misericordia, activo desde hace 10 años en Roma, en la iglesia del Santo Spirito in Sassia".
"Jesús resucitado -explicó- encuentra en el Cenáculo a los discípulos y les ofrece el don pascual de la paz y de la misericordia. Se entiende muy bien, meditando la página evangélica de hoy, como la verdadera paz proceda de un corazón reconciliado, que haya experimentado la alegría del perdón y esté por lo tanto dispuesto a perdonar. La Iglesia, recogida hoy espiritualmente en oración en el Cenáculo, presenta a su Señor las alegrías y esperanzas, los dolores y angustias del mundo entero. Y el Señor ofrece como remedio eficaz la 'Divina Misericordia', pidiendo a sus ministros que se hagan instrumentos generosos y fieles de ella".
El Papa terminó sus palabras confiando a María de modo especial las Iglesias orientales que celebran hoy la Pascua de Resurrección.
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