AUDIENCIA A SCOUTS, MIEMBROS BBVA Y ACCION CATOLICA POLACA

CIUDAD DEL VATICANO, 26 ABR 2003 (VIS) - El Santo Padre recibió esta mañana en el Aula Pablo VI a tres grupos diversos de peregrinos: 300 miembros de la Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos (AGESCI), 800 ejecutivos del español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y a 1.250 componentes de la Acción Católica Polaca.

"He admirado siempre -dijo el Papa, en italiano, a los miembros de AGESCI- el entusiasmo juvenil que distingue a esta asociación, además de su ardiente deseo de seguir con fidelidad el Evangelio. El movimiento de los scouts nació como un camino educativo con un método propio que fascina a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes y que da a los adultos oportunidades concretas para convertirse en educadores. La Iglesia os mira con esperanza porque es consciente de que es necesario ofrecer a las nuevas generaciones la oportunidad de tener una experiencia personal de Cristo".

Juan Pablo II invitó a los responsables de AGESCI a crear "una relación constructiva y dinámica con las diversas asociaciones de laicos que enriquecen la comunidad eclesial" y a "cooperar activamente con ellas para construir una sociedad renovada donde reine la paz, fundada en la justicia, la libertad, la verdad y el amor". El Papa concluyó exhort ndoles a "no dejar que falte en la fascinante actividad de los scouts el alimento cotidiano de la escucha de la Palabra de Dios, de la oración y de una vida sacramental intensa".

Después saludó en castellano a los ejecutivos del BBVA, venidos a Roma de España y América Latina en peregrinación subrayando que con su trabajo colaboran al desarrollo económico cuando "éste bien orientado, favorece la convivencia pacífica de los ciudadanos y permite una vida acorde con la dignidad humana. De ese modo se honra al hombre 'autor, centro y fin de toda la vida económica y social'".

"Deseo recordar -añadió- que el interés de lucro, aun siendo legítimo, no puede ser el móvil principal o incluso exclusivo de una actividad empresarial o comercial, pues tal actividad debe tener en cuenta los factores humanos y está subordinada a las exigencias morales propias de toda acción humana".

Al final el Papa les invitó a "seguir llevando adelante el compromiso cristiano en el ámbito de vuestras actividades, testimoniando con las palabras y los hechos las enseñanzas del Magisterio eclesial en materia social".

Por último Juan Pablo II se dirigió en polaco a un grupo de Acción Católica de su país natal. El Papa recordó la larga historia del movimiento en el mundo y recordó que en Polonia renació hace diez años cuando pidió a los obispos polacos que restablecieran las formas de apostolado laico en la Iglesia. El pontífice agregó que en el siglo XX la Acción Católica "fue una escuela de formación de los laicos a los que preparaba a afrontar con valor la secularización que se difundía cada vez con más fuerza".

El Santo Padre alentó a los miembros del movimiento a "hacer frente a los desafíos que comporta la secularización de los diversos sectores de la vida social. Como testigos del Evangelio, acoged ese reto en todos los ambientes: en la familia, en el trabajo, en la escuela o en la universidad. Acogedlo, conscientes de que 'el derecho y el deber de los laicos al apostolado se deriva de su unión con Cristo, la Cabeza'. (...) Deber y derecho. Precisamente tenéis el deber y el derecho de llevar el Evangelio, de testimoniar su actualidad para el hombre contemporáneo y de encender la fe en aquellos que se alejan de Dios. Si la Iglesia reconoce vuestro derecho, si os sostiene a la hora de ponerlo en práctica, os recuerda al mismo tiempo que este es vuestro deber".

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