CIUDAD DEL VATICANO, 25 FEB 2002 (VIS) - Juan Pablo II recibió este mediodía a los representantes de la Liga Italiana para la Lucha contra los Tumores, con ocasión del LXXX aniversario de su fundación.
El Papa afirmó que esta asociación se preocupa de que la enfermedad "sea acogida sin dramas y se afronte con realismo, contando con confianza en los recursos del organismo humano y en la investigación médica".
Tras subrayar la necesidad de que los experimentos que afecten a las personas "se realicen respetando plenamente la dignidad humana", dijo: "De este modo, la investigación científica será un don inestimable para tantas familias y para toda la humanidad".
El Santo Padre agregó que el sufrimiento y el dolor pueden ser "una ocasión de crecimiento espiritual para el ser humano, abriendo horizontes más amplios de aquellos a los que obligan la limitación y la precariedad del ser físico".
En la asistencia médica hay que "tener siempre presente -continuó- la centralidad de la persona, con independencia de su raza o religión. (...) Nunca se debe perder de vista -terminó- la finalidad del verdadero bien del hombre; nunca se debe ceder a la tentación de una medicina y de un progreso científico sin reglas y valores, que podría convertirse en una peligrosa forma de 'control tecnológico' de la vida".
AC;...;...;LIGA ITALIANA TUMORES;VIS;20020225;230;
El Papa afirmó que esta asociación se preocupa de que la enfermedad "sea acogida sin dramas y se afronte con realismo, contando con confianza en los recursos del organismo humano y en la investigación médica".
Tras subrayar la necesidad de que los experimentos que afecten a las personas "se realicen respetando plenamente la dignidad humana", dijo: "De este modo, la investigación científica será un don inestimable para tantas familias y para toda la humanidad".
El Santo Padre agregó que el sufrimiento y el dolor pueden ser "una ocasión de crecimiento espiritual para el ser humano, abriendo horizontes más amplios de aquellos a los que obligan la limitación y la precariedad del ser físico".
En la asistencia médica hay que "tener siempre presente -continuó- la centralidad de la persona, con independencia de su raza o religión. (...) Nunca se debe perder de vista -terminó- la finalidad del verdadero bien del hombre; nunca se debe ceder a la tentación de una medicina y de un progreso científico sin reglas y valores, que podría convertirse en una peligrosa forma de 'control tecnológico' de la vida".
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