CIUDAD DEL VATICANO, 13 FEB 2002 (VIS) - Juan Pablo II ha escrito un mensaje al arzobispo Francesco Marchisano, presidente de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, con motivo del 150 aniversario del primer proyecto articulado de esa comisión. Ese organismo fue instituido por el Papa Pío IX, para ampliar la recopilación y el estudio de las antigedades cristianas prestando además una atención especial a las catacumbas. El mensaje está fechado el 12 de febrero.
"Las catacumbas -escribe el Santo Padre- han representado, en todas las épocas, para los creyentes un lugar significativo de piedad y de unidad. En ellas se custodian y veneran con afecto testimonios elocuentes de la santidad de la Iglesia, que recuerdan la comunión que une a los vivos con los difuntos (...) el tiempo con la eternidad. En esos lugares sagrados esperan la venida gloriosa de Cristo los que han sido marcados con el sello del Bautismo y,no pocas veces, han rendido al Evangelio la prueba suprema del derramamiento de sangre". "Recuerdo además con agrado -prosigue- que la Comisión que dignamente preside no se ocupa solamente de conservar de forma apropiada estos 'vestigios del pueblo de Dios', sino que se esfuerza también por recoger y difundir el mensaje religioso y cultural que evocan. La aportación de vuestros colaboradores (...) permite a la Iglesia conocer siempre mejor el patrimonio de las generaciones de los primeros cristianos. Y, gracias también al mensaje constante que proclama silenciosamente ese testimonio, el pueblo cristiano es ayudado a permanecer fiel al 'depositum fidei', recibido como tesoro precioso para conservar con esmero".
MESS;ANIVERSARIO;...;ARQUEOLOGIA SACRA;VIS;20020213;260;
"Las catacumbas -escribe el Santo Padre- han representado, en todas las épocas, para los creyentes un lugar significativo de piedad y de unidad. En ellas se custodian y veneran con afecto testimonios elocuentes de la santidad de la Iglesia, que recuerdan la comunión que une a los vivos con los difuntos (...) el tiempo con la eternidad. En esos lugares sagrados esperan la venida gloriosa de Cristo los que han sido marcados con el sello del Bautismo y,no pocas veces, han rendido al Evangelio la prueba suprema del derramamiento de sangre". "Recuerdo además con agrado -prosigue- que la Comisión que dignamente preside no se ocupa solamente de conservar de forma apropiada estos 'vestigios del pueblo de Dios', sino que se esfuerza también por recoger y difundir el mensaje religioso y cultural que evocan. La aportación de vuestros colaboradores (...) permite a la Iglesia conocer siempre mejor el patrimonio de las generaciones de los primeros cristianos. Y, gracias también al mensaje constante que proclama silenciosamente ese testimonio, el pueblo cristiano es ayudado a permanecer fiel al 'depositum fidei', recibido como tesoro precioso para conservar con esmero".
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