Ciudad
del Vaticano, 20 enero 2016
(VIS).- El Santo Padre ha celebrado esta mañana la audiencia general
en el Aula Pablo VI dedicando la catequesis a la Semana de Oración
por la Unidad de los Cristianos que este año tiene lugar del 18 al
25 de enero bajo el lema ''Destinados a proclamar las grandezas del
Señor''.
''El
apóstol Pedro, en su primera carta- ha dicho- se dirige a la
primera generación de fieles para que tomen conciencia del don que
han recibido por el bautismo y de las exigencias que comporta.
También nosotros... estamos invitados a redescubrir todo esto y a
hacerlo juntos, dejando atrás lo que nos divide. Compartir el
Bautismo significa que todos somos pecadores y que necesitamos ser
salvados, redimidos y liberados del mal''.
''Cuando
los cristianos decidimos compartir un solo Bautismo -explicó -,
afirmamos que todos nosotros, católicos, protestantes y ortodoxos,
compartimos la experiencia de la llamada a salir de las tinieblas e
ir al encuentro de Dios viviente, lleno de misericordia. Todos por
desgracia experimentamos el egoísmo que genera división, cierre y
desprecio. Pero comenzar desde el Bautismo quiere decir encontrar la
fuente de la misericordia, fuente de esperanza para todos, porque
nadie está excluido de la misericordia de Dios''.
''Compartir
esta gracia crea un vínculo indisoluble entre los bautizados que en
virtud del Bautismo, podemos considerarnos todos hermanos. Somos
realmente pueblo santo de Dios, incluso cuando por nuestros pecados
no todavía seamos un pueblo totalmente unido. La misericordia de
Dios, que obra en el Bautismo, es más fuerte que nuestras
divisiones. En la medida en la que acogemos la gracia de la
misericordia, nos convertimos más plenamente en pueblo de Dios, y
somos capaces de anunciar a todos sus obras maravillosas, a partir de
un simple y fraterno testimonio de unidad''.
''Por
la gracia del Bautismo -finalizó-, hemos obtenido la misericordia de
Dios y hemos sido acogidos en su pueblo. Todos, católicos, ortodoxos
y protestantes, formamos un sacerdocio real y una nación santa. Esto
significa que tenemos una misión común, que es la de trasmitir la
misericordia recibida a los otros, comenzando por los más pobres y
abandonados''. Antes de concluir Francisco pidió que durante esta
semana se rezase para que todos los discípulos de Cristo encuentren
el modo de colaborar juntos para llevar la misericordia del Padre a
cada rincón de la tierra.
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