Ciudad
del Vaticano, 5 de noviembre de 2015 (Vis).-Se publica hoy el
mensaje que el Santo Padre envío al cardenal Kurt Koch, Presidente
del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos y a todos los
participantes en la reunión del Foro Cristiano Mundial que tuvo
lugar en Tirana (Albania) del 2 al 4 de noviembre y cuyo tema ha
sido ''Discriminación, persecución, martirio: seguir juntos a
Cristo''.
El
Papa saluda en particular, a nuestros hermanos y hermanas de
diferentes tradiciones cristianas que representan a las comunidades
que sufren por su fe en Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
''Pienso con gran tristreza -escribe- en la creciente discriminación
y persecución de los cristianos en Oriente Medio, África y Asia y
otros lugares del mundo. Esta reunión demuestra que, como
cristianos, no somos indiferentes al sufrimiento de nuestros hermanos
y hermanas.''
''En
diferentes partes del mundo -observa el Pontífice- el testimonio de
Cristo, a veces hasta el derramamiento de sangre se ha convertido en
una experiencia común de los católicos, ortodoxos, anglicanos,
protestantes, evangélicos y pentecostales, que es mucho más
profunda y fuerte que las diferencias que separan todavía nuestras
iglesias y comunidades eclesiales. La communio martyrum es el signo
más evidente de nuestro camino común. Al mismo tiempo, la reunión
dará voz a las víctimas de la injusticia y la violencia, y tratará
de mostrar el camino que llevará a la familia humana lejos de esta
trágica situación''.
Francisco
finaliza asegurando a todos su cercanía espiritual y manifestando
el deseo de que los mártires de hoy, perteneciente a muchas
tradiciones cristianas, ''nos ayuden a entender que todos los
bautizados son miembros del mismo Cuerpo de Cristo, su Iglesia y de
que consideremos ''esta verdad tan profunda como un llamamiento a
perseverar en nuestro camino ecuménico hacia la comunión plena y
visible, creciendo más y más en el amor y la comprensión mutua''.
Durante
la reunión el Foro pidió a los perseguidores de los cristianos que
detuvieran su violencia, a los gobiernos que respetasen y protegieran
la libertad religiosa y especialmente que defendieran a los
cristianos y a las personas perseguidas en razón de su credo, a los
medios de comunicación que informasen correctamente de las
violaciones de la libertad religiosa y de las discriminaciones y la
persecución de los cristianos. Gran importancia tuvo el tema de la
educación de los jóvenes y de la solidaridad entre los cristianos.
Durante
los tres días de la reunión, los participantes comenzaron la
jornada con una oración en la catedral ortodoxa de Tirana, dedicada
a la Resurrección de Cristo, en el Centro de la Alianza Evangélica
de Albania y en la catedral católica de San Pablo, para rezar por
los 200 millones de cristianos perseguidos en el mundo. El Foro
concluyó el día en que los católicos albaneses recuerdan el 25
aniversario de la primera misa celebrada en un cementerio de Scutari
por un sacerdote que sobrevivió a las cinco décadas de represión
religiosa bajo el régimen comunista en ese país.
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