Ciudad
del Vaticano, 12 de septiembre de 2015 (Vis).-''La
Iglesia conoce el valor de las cooperativas. En el origen de muchas
hay sacerdotes, fieles laicos comprometidos, comunidades animadas por
el espíritu de solidaridad cristiana... y en la encílica Laudato
si', he subrayado su importancia en el campo de las energías
renovables y en la agricultura'', ha dicho el Papa esta mañana
recibiendo en el Aula Pablo VI a más de siete mil personas, entre
directivos, empleados y familiares, del Banco de Crédito Cooperativo
de Roma (BCC).
En
el discurso que les dirigió, Francisco reiteró las sugerencias
dadas en febrero a la Confederación de cooperativas que cada una
debe aplicar a su misión específica: ''Continuar siendo un motor
que desarrolla la parte más débil de las comunidades locales y de
la sociedad civil, pensando principalmente en los jóvenes sin
trabajo y apuntando a la creación de nuevas empresas
cooperativas.Ser protagonistas a la hora de proponer e implementar
nuevas soluciones de bienestar, partiendo de la sanidad. La
preocupación por la relación entre la economía y la justicia
social, manteniendo en el centro la dignidad y el valor de las
personas. En el centro siempre la persona, no el Dios dinero.
Facilitar y fomentar la vida familiar, y las soluciones cooperativas
y mutuales para la gestión de los bienes comunes, que no pueden ser
propiedad de unos pocos ni objeto de especulación. Promover un uso
solidario y social del dinero, como una verdadera cooperativa, donde
no impera el capital sobre las personas, sino las personas sobre el
capital. Incrementar la economía de la honestidad''.
''Economía
de la honestidad, en esta época en que el viento de la corrupción
sopla en todos los lugares. No se os pide solo ser honestos- esto es
normal - sino difundir y afianzar la honestidad en todo el entorno.
Una lucha contra la corrupción'' señaló el Papa, sugiriendo cómo
último punto ''la participación activa en la globalización para
que sea una globalización de la solidaridad''.
''Sois
el mayor banco de crédito cooperativo de Italia -recordó - El reto
más importante es crecer y seguir siendo una verdadera cooperativa,
de hecho, siéndolo todavía más. Esto significa fomentar la
participación activa de los miembros, trabajar juntos y trabajar
por los demás.. La banca es un campo delicado que requiere un gran
rigor. Pero un banco cooperativo debe tener algo más: debe tratar de
humanizar la economía y combinar la eficiencia con la solidaridad''.
Y
en la doctrina social hay otra palabra importante:
"subsidiariedad", que los bancos de crédito cooperativo
han utilizado ''para enfrentarse a las dificultades de la crisis con
sus medios, uniendo fuerzas, y no a expensas de los demás. Esto es
subsidiariedad: no ser un peso para las instituciones y por lo tanto
para el país, cuando se puede hacer frente a los problemas con las
propias fuerzas, con responsabilidad''. También es importante que
las cooperativas destinen sus recursos a la beneficencia y a la
mutualidad, ''así como al interés por la procedencia del rédito,
teniendo siempre en el centro las personas, los jóvenes y las
familias''.
''En
los orígenes de las Cajas rurales se esperaba que la cooperativa de
crédito estimulase otras iniciativas de cooperación -observó
Francisco al final de su discurso- Este espíritu sigue siendo
válido. La BCC puede ser el núcleo alrededor del cual se construya
una gran red para que nazcan empresas que den trabajo...Hay tantas
personas sin trabajo. Empresas que den trabajo para sostener a las
familias, para experimentar el micro-crédito y otras formas de
humanizar la economía y sobre todo para dar la oportunidad a cada
hombre y a cada mujer de tener la dignidad que da el trabajo''.
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