Ciudad
del Vaticano, 14 de septiembre 2015 (Vis).-El
Papa Francisco ha concedido recientemente dos entrevistas; una a la
emisora portuguesa Radio Renascenca, con motivo de la visita ''ad
Limina'' de los obispos portugueses. La otra a la radio argentina
Milenium, centrada en el cuidado de la creación y en el valor de la
amistad y el diálogo.
En
la primera, respondiendo a su eventual visita a Portugal con motivo
del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima, Francisco
ha manifestado su deseo de ir a ese país y ha añadido que ''la
Virgen lo que pide siempre es que recemos, que cuidemos la familia,
los mandamientos. No pide cosas raras… Y se manifiesta a los
niños. Es curioso, siempre busca almas muy sencillas''.
Después,
hablando del fenónemo migratorio hacia Europa ha afirmado: ''Es la
punta de un iceberg. Vemos estos refugiados, esta pobre gente, que
escapa de la guerra, que escapa del hambre... Pero debajo de eso,
está la causa, y la causa es un sistema socioeconómico malo e
injusto''. Y ha añadido: ''Hablando del problema ecológico, dentro
de la sociedad socioeconómica, dentro de la política, el centro
siempre tiene que ser la persona. Y el sistema económico dominante
hoy día descentró a la persona y al centro está el dios dinero, es
el ídolo de moda''. Por eso, precisa hay que ir a las causas.
''Donde las causas son el hambre, poner fuentes de trabajo,
inversiones. Donde la causa es la guerra, buscar la paz, el trabajo
por la paz. Hoy día, el mundo está en guerra, está en guerra
contra sí mismo''.
En
este ámbito, el Papa reafirma la importancia de la acogida. ''Acoger
a la gente, ¿no?, y acoger como venga…..'' Y ha precisado el
llamamiento que dirigió a todas las parroquias de Europa para acoger
a una familia de refugiados. ''Cuando hablo de que una parroquia
acoja una familia, no digo que vayan a vivir a la canónica, a la
casa parroquial, sino que toda la comunidad parroquial vea si hay un
lugar, un rincón de un colegio para hacer un “departamentito” o,
en el peor de los casos, que alquile un modesto departamento para esa
familia, pero que tengan techo, que sean acogidos, y que se los
integre dentro de la comunidad''.
También
toca el tema de la cultura del bienestar, recordando que la tasa de
natalidad es muy baja en países como Italia, Portugal y España.
''Cuando hay un espacio vacío, la gente busca de llenarlo. Si un
país no tiene hijos, vienen migrantes a ocupar el lugar. ... O sea,
ese no querer tener hijos, que, en parte –es una interpretación
mía, no sé si es correcta-, es un poco la cultura del “benessere”,
¿no? Y entonces, los ancianos quedan solos. Creo que el gran desafío
de Europa es volver a ser la madre Europa… y no la abuela
Europa... Hay que reconocer que Europa tiene una cultura excepcional.
Realmente, son siglos de cultura, ¿no? Y eso da también un
bienestar intelectual y, yo, en todo caso, lo que yo diría de Europa
es su capacidad de retomar un liderazgo en el concierto de las
naciones. O sea, que vuelva a ser la Europa que marca rumbos, pues
tiene la cultura para hacerlo...Europa tiene que tomar su rol, o sea,
recuperar su identidad. Es verdad que Europa se equivocó. No se lo
echo en cara, lo recuerdo no más. Cuando quiso hablar de su
identidad, no quiso reconocer, quizá lo más hondo de su identidad,
que es su raíz cristiana, ¿no? Ahí se equivocó. Bueno, pero todos
en la vida nos equivocamos. Está a tiempo de volver''.
El
Pontífice hace hincapíe en que la Iglesia debe salir, debe
arriesgarse. ''Si una iglesia, una parroquia, una diócesis, un
instituto, vive encerrado en sí mismo, se enferma. Le pasa lo mismo
que a la habitación cerrada. Y tenemos una Iglesia raquítica, con
normas fijas, sin creatividad, segura, más que segura, no,
asegurada, con una compañía de seguros, pero no segura. En cambio,
si uno sale –una iglesia, una parroquia- sale hacia afuera a
evangelizar, le puede pasar lo mismo que le pasa a cualquier persona
que sale a la calle: tener un accidente. Entonces, entre una Iglesia
enferma y una Iglesia accidentada, prefiero la accidentada porque,
por lo menos, salió''.
Refiriéndose
a sus expectativas sobre el Jubileo de la Misericordia, expresa su
deseo de que ''vengan todos. Que vengan y sientan el amor, el perdón
de Dios'' y respecto a su carta al arzobispo Fisichella en que
solicita el perdón durante el Jubileo para los casos más difíciles
y a sus dos Motus Propios sobre la reforma del proceso canónico de
nulidad matrimonial, explica que su intención era, ''simplificar…
Facilitar la fe a la gente, ¿no? Y que una Iglesia sea madre''.
En
la entrevista concedida a Milenium, Francisco dice ''Estamos
maltratando la creación, la tratamos a veces como el peor enemigo''
y '' vivimos en un sistema que por ganar dinero se ha desplazado al
hombre del centro y se ha puesto al dinero “ desembocando en la
existencia de sistemas “corrompidos, con esclavitud , trabajo
esclavo y descuido de la creación”.
Preguntado
sobre el fundamentalismo que busca la destrucción porque sus adeptos
''son fieles a una idea, pero no a una realidad”, Francisco
advierte acerca del peligro que representa esa “oscuridad
transversal que nos quita horizonte” y hace que nos encerremos en
nuestras propias convicciones y – entre comillas – ideologías”.
“Es una muralla, entonces no hay encuentro”.
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