Ciudad
del Vaticano, 22 de julio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco saludó
ayer tarde a los participantes en el Encuentro ''Esclavitud moderna y
cambio climático: el compromiso de las ciudades'', y en el simposio
''Prosperidad, gente y planeta: lograr el desarrollo sostenible en
nuestras ciudades organizados en la Casina Pío IV del Vaticano por
la Pontificia Academia de las Ciencias cuyo canciller es el obispo
Marcelo Sánchez Sorondo. En el evento han intervenido los alcaldes
de las grandes ciudades, los administradores locales y varios
representantes de las Naciones Unidas.
El
Santo Padre pronunció un discurso improvisado en el que reiteró que
el cuidado del ambiente significaba, ante todo, adoptar una actitud
de ecología humana y que su encíclica Laudato Si' no era solamente
una encíclica ''verde'', sino social. También tocó el tema del
crecimiento desmesurado de las ciudades a las que acuden las
poblaciones rurales porque el campo no ofrece oportunidades de
trabajo e invitó a los alcaldes a llamar también en causa a los
organismos internacionales para que tomen cartas en la explotación y
la trata de personas causada por los fenómenos migratorios.
''Les
agradezco sinceramente, de corazón el trabajo que han hecho -dijo el
Papa a los participantes en el simposio- Es verdad que todo giraba
alrededor.... de esa cultura del cuidado del ambiente. Pero esa
cultura ...no es una actitud solamente – lo digo en buen sentido-
''verde''... es mucho más. Cuidar el ambiente significa una actitud
de ecología humana. O sea, no podemos decir: la persona está aquí
y el Creato, el ambiente, está allí. La ecología es total, es
humana. Eso es lo que quise expresar en la Encíclica ''Laudato Si'':
que no se puede separar al hombre del resto, hay una relación de
incidencia mutua, sea del ambiente sobre la persona, sea de la
persona en el modo como trata el ambiente; y también, el efecto de
rebote contra el hombre cuando el ambiente es maltratado. Por eso,
frente a una pregunta que me hicieron yo dije: ''no, no es una
encíclica ‘verde’, es una encíclica social''. Porque dentro del
entorno social, de la vida social de los hombres, no podemos separar
el cuidado del ambiente. Más aun, el cuidado del ambiente es una
actitud social, que nos socializa en un sentido o en otro ... y por
otro lado, nos hace recibir... aquello que nos fue dado como don, o
sea, el ambiente''.
''...
Me pareció una idea...muy fecunda.. invitar a los alcaldes, a los
síndicos de las grandes ciudades y no tan grandes, porque una de las
cosas que más se nota cuando el ambiente, la Creación, no es
cuidada es el crecimiento desmesurado de las ciudades. Es un fenómeno
mundial... las grandes ciudades, se hacen grandes pero cada vez con
cordones de pobreza y de miseria más grandes, donde la gente sufre
los efectos de un descuido del ambiente. En este sentido, está
involucrado el fenómeno migratorio. ¿Por qué la gente viene a las
grandes ciudades, a los cordones de las grandes ciudades, las villas
miseria, las chabolas, las favelas?...Simplemente porque ya el mundo
rural para ellos no les da oportunidades. Y un punto que está en la
encíclica, y con mucho respeto, pero se debe denunciar, es la
idolatría de la tecnocracia. La tecnocracia lleva despojar de
trabajo, crea desocupación, los fenómenos desocupatorios son muy
grandes y necesitan ir migrando, buscando nuevos horizontes. El gran
número de desocupados alerta. No tengo las estadísticas- pero en
algunos países de Europa, sobre todo en los jóvenes, la
desocupación juvenil, de los 25 años hacia abajo, pasa del 40 por
ciento y en algunos llega al 50 por ciento.....Y eso proyectado hacia
el futuro nos hace ver un fantasma, o sea, una juventud desocupada
que hoy ¿qué horizonte y qué futuro puede ofrecer?, ¿qué le
queda a esa juventud? O las adicciones, o el aburrimiento, o el no
saber qué hacer de su vida -una vida sin sentido, muy dura-, o el
suicidio juvenil – las estadísticas de suicidio juvenil no son
publicadas en su totalidad-, o buscar en otros horizontes, aún en
proyectos guerrilleros, un ideal de vida.''
''Por
otro lado, la salud está en juego -subrayó el Pontífice- La
cantidad de enfermedades ''raras'', así se llaman que vienen de
muchos elementos de fertilización de los campos – o... de un
exceso de tecnificación. Entre los problemas más grandes que están
en juego es el oxígeno y el agua. Es decir, la desertificación de
grandes zonas por la deforestación. Acá al lado mío está el
cardenal arzobispo encargado de la Amazonia brasilera, él puede
decir lo que significa una deforestación hoy día, en la Amazonia,
que es el pulmón del mundo, Congo, Amazonia, grandes pulmones del
mundo-... ¿Qué sucede cuando todos estos fenómenos de
tecnificación excesiva, de no cuidado del ambiente, además de los
fenómenos naturales, inciden sobre la migración? El no haber
trabajo, y después la trata de las personas. Cada vez es más común
el trabajo en negro, un trabajo sin contrato... El trabajo en negro
es muy grande, lo cual significa que una persona no gana lo
suficiente para vivir. Eso puede provocar actitudes delictivas y todo
lo que sucede en una gran ciudad por esas migraciones provocadas por
la tecnificación. Sobre todo me refiero a... la trata de las
personas en el trabajo minero, la esclavitud minera todavía es muy
grande y es muy fuerte. Y lo que significa el uso de ciertos
elementos de lavado de minerales – arsénico, cianuro- que inciden
en enfermedades de la población. En eso hay una responsabilidad muy
grande. O sea que todo rebota, todo vuelve. Es el efecto rebote
contra la misma persona. Puede ser la trata de personas por el
trabajo esclavo, la prostitución, que son fuentes de trabajo para
poder sobrevivir hoy día''.
''Finalmente,
yo diría que sobre esto hay que interesar a las Naciones Unidas.
Tengo mucha esperanza en la Cumbre de París, de noviembre, que se
logre algún acuerdo fundamental y básico. Tengo mucha esperanza,
pero sin embargo, las Naciones Unidas tienen que interesarse muy
fuertemente sobre este fenómeno, sobre todo, en la trata de personas
provocada por este fenómeno ambiental, la explotación de la gente.
Recibí hace un par de meses a una delegación de mujeres de las
Naciones Unidas encargadas de la explotación sexual de los niños en
los países de guerra... Es otro fenómeno. Y las guerras son también
elemento de desequilibrio del ambiente''.
''Quisiera
terminar con una reflexión que no es mía, es del teólogo y
filósofo Romano Guardini -señaló Francisco- Él habla de dos
formas de incultura: la incultura que Dios nos entregó para que
nosotros la transformáramos en cultura y nos dio el mandato de
cuidar, y hacer crecer, y dominar la tierra; y la segunda incultura,
cuando el hombre no respeta esa relación con la tierra, no la
cuida... Cuando no la cuida, el hombre se apodera de esa cultura y la
empieza a sacar de cauce...y se le va de las manos y forma una
segunda forma de incultura: la energía atómica es buena, puede
ayudar, pero hasta aquí, si no pensemos en Hiroshima y en Nagasaki,
o sea ya se crea el desastre y la destrucción. Hoy día.. esa
segunda forma de incultura es la que destruye al hombre. Un rabino
del medioevo, más o menos de la época de Santo Tomás de Aquino..
explicaba en un ''midrash'' el problema de la torre de Babel a sus
feligreses en la sinagoga, y decía que construir la torre de Babel
llevó mucho tiempo, y llevó mucho trabajo, sobre todo hacer los
ladrillos -suponía armar el fango, buscar la paja, amasarla,
cortarla, hacerla secar, después ponerla en el horno, cocinarla, o
sea que un ladrillo era una joya, valía muchísimo- y lo iban
subiendo, al ladrillo, para ir poniendo en la torre. Cuando se caía
un ladrillo era un problema muy grave, y el culpable o el que
descuidó el trabajo y lo dejó caer, era castigado. Cuando se caía
un obrero de los que estaban construyendo no pasaba nada. Este es el
drama de la segunda forma de incultura: el hombre como creador de
incultura y no de cultura. El hombre creador de incultura porque no
cuida el ambiente''
''Y
¿por qué ésta convocatoria de la Academia Pontificia de las
Ciencias a los síndicos, alcaldes, intendentes de las ciudades?
Porque ésta conciencia si bien sale del centro hacia las periferias,
el trabajo más serio y más profundo, se hace desde la periferia
hacia el centro. Es decir, desde ustedes hacia la conciencia de la
humanidad. La Santa Sede o tal país, o tal otro, podrán hacer un
buen discurso en las Naciones Unidas pero si el trabajo no viene de
las periferias hacia el centro, no tiene efecto. De ahí la
responsabilidad de los síndicos, de los intendentes, de los alcaldes
de las ciudades. Por eso les agradezco muchísimo que se hayan
reunido como periferias sumamente serias de este problema. Cada uno
de ustedes tiene dentro de su ciudad cosas como las que yo he dicho y
que ustedes tienen que gobernar, solucionar, etcétera. ... Les
agradezco y pido al Señor que nos dé a todos la gracia de poder
tomar conciencia de este problema de destrucción que nosotros mismos
estamos llevando adelante al no cuidar la ecología humana, al no
tener una conciencia ecológica como las que nos fue dada al
principio para transformar la primera incultura en cultura, y frenar
ahí, y no transformar esta cultura en incultura''.
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