Ciudad
del Vaticano, 31 de marzo 2015 (VIS).-El arzobispo Bernardito Auza,
Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en
Nueva York intervino el pasado 24 de marzo en la sesión dedicada por
ese organismo a las negociaciones intergubernamentales sobre el
Programa de Desarrollo Post-2015.
El
prelado manifestó el aprecio de su delegación por el carácter
ambicioso y convincente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS) así como la convicción de la necesidad de contar con un
programa transformador y orientado a la acción. ''Por otra parte
-afimó- los ODS deben integrar de manera equilibrada los tres
pilares del desarrollo sostenible - desarrollo económico, social y
ambiental - con un enfoque global sobre la erradicación de la
pobreza y el logro de una vida digna para todos. Es imperativo que
los ODS se centran más en las necesidades de los países más
vulnerables, en particular los países menos desarrollados, los que
están en desarrollo sin litoral y los pequeños estados
insulares,prestando una atención especial a los sectores de la
población donde la pobreza está más generalizada, a aquellas
regiones donde los conflictos armados continúan bloqueando incluso
la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)- y,
de hecho causando un retroceso en el desarrollo - y a aquellas zonas
más afectadas por los desastres naturales''.
La
delegación de la Santa Sede es plenamente consciente, reiteró el
arzobispo de que los ODS se elaboran cuidadosamente para responder a
los deseos de las partes interesadas. Por esta razón, no apoya ''el
blindaje técnico de los objetivos y metas, ya que puede conducir a
la reapertura y la renegociación de lo que constituye ya un acuerdo
políticamente equilibrado y aceptable para la gran mayoría de los
interesados''. Además, los resultados y avances significativos
debidos a la implementación de los ODS ''tendrían que ser
evaluados y verificados en relación con indicadores acordados por
los propios interesados''.
''Por
lo tanto -dijo el nuncio- mi delegación toma nota de la labor de la
Comisión de Estadística de las Naciones Unidas que ha presentado
una lista preliminar de indicadores y metas para los ODS. Hacemos
hincapié además en que los indicadores basados en la evidencia
deben seguir presentándose de manera abierta y transparente por los
Estados miembros. Estos indicadores no deberían alterar el
equilibrio político de los ODS ni utilizarse para imponer ideas o
ideologías que no encuentran un consenso en virtud del resultado de
los grupos de trabajo''.
Mons.
Auza concluyó señalando que algunas metas y objetivos ''se
entienden de manera diferente segùn los diferentes contextos
culturales y religiosos y se traducirán de forma diferente en las
políticas y legislaciones nacionales. Por eso los indicadores deben
tener en cuenta estas diferencias y redactarse de una forma que
permita a los países evaluar sus resultados en un modo que refleje
y respete sus valores nacionales, y sea coherente con su política y
legislación nacional.... Mi delegación está firmemente convencida
de que los indicadores deberían ser globales, teniendo en cuenta
las particularidades nacionales y regionales, especialmente las
diferentes capacidades. Los indicadores no pueden ser solo cifras
poco realistas que solamente, y no siempre, los países desarrollados
pueden alcanzar''.
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