Ciudad
del Vaticano, 4 de diciembre 2014 (VIS).-La imagen de una Iglesia que
se ata el delantal y se inclina para servir a los hermanos en
dificultad. Es la que da la FOCSIV, (Federación de Organismos
Cristianos de Servicio Internacional de Voluntariado) cuando intenta
conjugar el bagaje de la experiencia de sus miembros con el
servicio a los pobres en consonancia con los valores del Evangelio.
Partiendo de su identidad cristiana son "voluntarios en el
mundo" y con proyectos de desarrollo quieren dar respuestas
concretas al escándalo del hambre y las guerras. El Papa Francisco
ha subrayado estas características recibiendo esta mañana en el
Aula Pablo VI a dos mil miembros de esa federación.
''Vuestra
labor junto a los hombres y mujeres en dificultad son un anuncio
vivo de la ternura de Cristo, que camina con la humanidad de todos
los tiempos -afirmó el Papa- Hace mucha falta testimoniar el valor
de la gratuidad: ¡los pobres no pueden convertirse en una ocasión
de sacar beneficio! Hoy la pobreza ha cambiado de rostro y también
entre los pobres hay gente con expectativas diferentes: aspiran a
ser protagonistas, se organizan, y sobre todo practican esa
solidaridad que existe entre los que sufren, entre los últimos.
Estáis llamados a captar estos signos de los tiempos y convertiros
en un instrumento al servicio del protagonismo de los pobres .
Solidaridad con los pobres es pensar y actuar en términos de
comunidad, de prioridad de la vida de todos en vez de apropiación
de bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas
estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de un trabajo y
una casa, la negación de los derechos sociales y laborales. La
solidaridad es una forma de hacer historia con los pobres, evitando
presuntas obras altruistas que reducen el otro a la pasividad''.
Entre
las principales causas de la pobreza Francisco no olvidó la de la
existencia de un sistema económico que depreda la naturaleza.
''Pienso, en particular en la deforestación, pero también en los
desastres ambientales y en la pérdida de biodiversidad. Hay que
reafirmar que la creación no es una propiedad de la que podemos
disponer como nos plazca y mucho menos es propiedad sólo de unos
pocos. La creación es un don maravilloso que Dios nos ha dado, para
que la cuidemos y usemos para el beneficio de todos, con respeto. Os
animo a continuar con vuestro compromiso para que la creación
sigue siendo un patrimonio de todos para entregarlo en toda su
belleza a las generaciones futuras''.
Muchos
de los países en que trabaja la FOCSIV están en guerra, de ahí que
el Papa hiciese hincapié en que trabajar para el desarrollo de los
pueblos, significa también cooperar para construir la paz,
''intentando con perseverante tenacidad desarmar las mentes, acercar
a las personas, construir puentes entre culturas y religiones'' y la
fe contribuye a hacerlo ''también en los países más difíciles
donde parece que la espiral de la violencia no deja el paso a la
razón''. La actividad de la Federación es también ''un signo de
paz y esperanza en los campos de refugiados, donde hay gente
desesperada, rostros marcados por el abuso, niños que tienen hambre
de comida, de libertad y de futuro.'' ¡Cuántas personas en el mundo
escapan de los horrores de la guerra! -exclamó el Pontífice-
¡Cuántas personas son perseguidas a causa de su fe, obligadas a
abandonar sus casas, sus lugares de culto, sus tierras, sus afectos!
¡Cuántas vidas rotas! ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción!
Frente a todo esto, el discípulo de Cristo no retrocede, no vuelve
la cara para mirar de otra parte: se hace cargo de esta humanidad
doliente, con cercanía y acogida evangélica''.
El
Papa reiteró su preocupación por los migrantes y refugiados que
''intentan dejarse a la espalda duras condiciones de vida y peligros
de todo tipo'' e insistió en la necesidad de la cooperación de
todas las instancias, gubernamentales, institucionales, ONG y
eclesiásticas para individuar formas de coexistencia armónica
entre personas y culturas diversas. ''Los movimientos migratorios
-añadió- requieren modalidades de recepción adecuada que no
dejen a los inmigrantes a merced del mar y de las bandas de
traficantes sin escrúpulos. Al mismo tiempo, se necesita una
colaboración activa entre los Estados, para regular y gestionar
eficazmente estos fenómenos''.
Por
último, Francisco, dio las gracias a los voluntarios de la
Federación que, durante más de cuarenta años, han demostrado
ser ''verdaderos testigos de caridad, operadores de paz, artífices
de justicia y de solidaridad'' y, animándoles a proseguir ese
camino les invitó a encontrar tiempo cada día para encontrar
personalmente a Dios en la oración. ''Será -terminó- vuestra
fortaleza en los momentos más difíciles, de desilusión, de
soledad, de incomprensión''.
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