Ciudad
del Vaticano, 5 diciembre 2014
(VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los miembros de la
Comisión Teológica Internacional (CIT) que preside el cardenal
Gerhard L. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de
la Fe. La Comisión nació poco después del Concilio Vaticano II a
petición del Sínodo de los Obispos para que la Santa Sede se
avalase más fácilmente de la reflexión de los teólogos
procedentes de todo el mundo. Su misión es estudiar los problemas
doctrinas de gran importancia, especialmente los que presentan
aspectos nuevos y, de esa forma, brindar su ayuda al Magisterio de la
Iglesia.
Esa
misión, como recordó Francisco, presupone no solo competencias
intelectuales sino también disposiciones espirituales, entre las
cuales el Papa dedicó una atención particular a la escucha. Citando
el texto bíblico de Ezequiel :''Hijo del hombre -dijo el Señor al
profeta- todas las palabras que te digo escúchalas con los oídos y
acógelas en el corazón'', subrayó que ''el teólogo es, ante todo,
un creyente que escucha la Palabra del Dios vivo y la acoge en el
corazón y en la mente... pero también tiene que ponerse
humildemente a la escucha de lo que el Espíritu dice a las Iglesias
a través las diversas manifestaciones de la fe vivida por el Pueblo
de Dios''.
Efectivamente
esa actitud la recordaba el reciente documento de la CIT sobre ''El
sensus fidei en la vida de la Iglesia''. De ahí que ''el teólogo
junto con todo el pueblo cristiano abre los ojos y los oídos a los
signos de los tiempos'' y este llamado a ''auscultar, discernir e
interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces
de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina, a fin
de que la Verdad revelada pueda ser mejor percibida, mejor entendida
y expresada en forma más adecuada''.
En
esa óptica, el Papa manifestó su agrado porque en la composición
cada vez más diversificada de la Comisión ha aumentado la presencia
de las mujeres; ''una presencia que es una invitación a reflexionar
sobre el papel que las mujeres pueden y deben ocupar en el campo de
la teología'' y de la aportación que brindan a ''la inteligencia
de la fe''.
Otra
característica de ese organismo es el carácter internacional que
refleja ''la catolicidad de la Iglesia''. Por eso ''la diversidad de
puntos de vista debe enriquecer la catolicidad sin perjudicar la
unidad'' ya que ''la unidad de los teólogos católicos nace de su
referencia común a una sola fe en Cristo y se nutre de la diversidad
de los dones del Espíritu Santo. ''A partir de ese fundamento y de
un sano pluralismo -subrayó Francisco- los varios enfoques
teológicos desarrollados en contextos culturales diferentes y con
diversos métodos utilizados, no pueden ignorarse los unos a los
otros, sino que tendrían que enriquecerse y corregirse
recíprocamente en el diálogo teológico''.
Francisco
recordó que la Virgen es ''maestra de la verdadera teología''
porque como testigo privilegiado de los grandes eventos de la
historia de la salvación ''custodiaba todas las cosas meditándolas
en su corazón''. ''Bajo la guía del Espíritu Santo y con todos los
recursos de su genio femenino -dijo- no dejó nunca de entrar cada
vez más en toda la verdad. María es así icono de la Iglesia que,
en la impaciente espera de su Señor progresa, día tras día, en la
inteligencia de la fe, también gracias al trabajo paciente de los
teólogos y las teólogas''.
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