Ciudad
del Vaticano, 23 de noviembre 2014 (VIS).-Durante la misa celebrada
esta mañana en la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Santo
Padre canonizó a los beatos Giovanni Antonio Farina (1803-1888),
Kuriakose Elias Chavara de la Sagrada Familia (1805-1871), Ludovico
de Casoria (1814-1885), Nicola da Longobardi (1650-1709), Euphrasia
Eluvathingal del Sagrado Corazón (1877-1952) y Amato Ronconi (1226
ca-1292 ca).
En
la homilía el Papa recordó que el reino de Jesús es '' reino de
verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia,
de amor y de paz'', y se refirió a las lecturas de hoy que muestran
como el Señor realizó su reino; como lo rige en el devenir de la
historia y que nos pide a nosotros.
Jesús
realizó su reino ''con la cercanía y la ternura hacia nosotros'',
como anticipa el profeta Ezequiel en la primera Lectura describiendo
la actitud del Pastor con su rebaño con los verbos 'buscar, vigilar,
agrupar, llevar al pasto, hacer descansar, buscar a la oveja
perdida, reconducir a la extraviada, vendar a la herida, curar a la
enferma, cuidarlas, pastorear. ''Y los que en la Iglesia estamos
llamados a ser pastores -señaló Francisco- no podemos separarnos
de este modelo, si no queremos convertirnos en mercenarios. Al
respecto, el pueblo de Dios tiene un olfato infalible para reconocer
los buenos pastores y distinguirlos de los mercenarios''.
Después
de su victoria, es decir después de su Resurrección, Jesús rige su
reino pero no como un rey según entiende el mundo. ''Para Él
reinar no es mandar, sino obedecer al Padre, entregarse a Él, para
que se cumpla su proyecto de amor y de salvación.'' Y el Evangelio
también nos dice que nos pide el reino de Jesús: ''Nos recuerda que
la cercanía y la ternura son la regla de vida también para
nosotros, y nuestro juicio se basará en ello...
La
salvación no empieza con la confesión de la realeza de Cristo, sino
con la imitación de las obras de misericordia con las que realizó
su Reino. Quienes lo hacen demuestran que han comprendido la realeza
Jesús, porque han abierto su corazón a la caridad de Dios. En el
ocaso de la vida seremos juzgados con el metro del amor, de la
cercanía y de la ternura con los hermanos....Jesús, con su
victoria, nos abrió su reino, pero cada uno de nosotros decide si
entrar o no, ya a partir de esta vida – el Reino inicia ahora –
acercándonos concretamente al hermano que pide pan, vestido,
acogida, solidaridad, catequesis''.
''Hoy
la Iglesia -finalizó el Pontífice- nos presenta como modelos a los
nuevos santos que, mediante las obras de generosa dedicación a Dios
y a los hermanos, sirvieron, cada uno en su propio ámbito, al reino
de Dios y se convirtieron en herederos. Cada uno de ellos respondió
con extraordinaria creatividad al mandamiento del amor a Dios y al
prójimo. Se dedicaron sin ahorrar esfuerzos al servicio de los
últimos, asistiendo a los indigentes, a los enfermos, a los
ancianos, a los peregrinos. Su predilección por los pequeños y por
los pobres era el reflejo y la medida del amor incondicional a Dios.
Buscaron y descubrieron la caridad en la relación fuerte y personal
con Dios, de la cual surge el verdadero amor por el prójimo... Con
el rito de canonización, una vez más hemos confesado el misterio
del reino de Dios y honorado a Cristo Rey, Pastor lleno de amor por
su grey. ¡Que los nuevos Santos, con su ejemplo y su intercesión,
hagan crecer en nosotros la alegría de caminar por la senda del
Evangelio, la decisión de asumirlo como la brújula de nuestra
vida'!'
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