Ciudad
del Vaticano, 17 noviembre 2014
(VIS).-Los frutos de la labor de los misioneros, la atención a la
familia, la orientación de los jóvenes, la cercanía a los enfermos
de Sida y la necesidad de colaborar con los líderes políticos para
el bien común son los puntos centrales del discurso que el Papa
Francisco entregó a los obispos de la Conferencia Episcopal de
Zambia a quienes recibió esta mañana en audiencia al final de su
visita ad Limina.
El
Pontífice recuerda el rico depósito de la fe que los misioneros
llevaron a Zambia y que a pesar del encuentro, a veces doloroso,
entre antiguos usos con ''la nueva esperanza que Cristo el Señor
trae a todas las culturas'', se ha traducido en una ''abundante
cosecha espiritual'', visible también en las numerosas clínicas,
hospitales, escuelas y parroquias católicas de Zambia, y en la
amplia diversidad de ministerios laicales, y de vocaciones al
sacerdocio en una sociedad que se ha visto transformada por los
valores cristianos.
Los
grandes desafíos a los que los pastores se enfrentan en este momento
atañen, en primer lugar, a la familia, porque como los prelados
afirmaron en su encuentro con el Pontífice, son numerosos, sobre
todo los más pobres en su lucha por la supervivencia, los que caen
víctimas de las promesas vacías de falsas enseñanzas que ''parecen
ofrecer un rápido alivio en tiempos de desesperación''. Por eso,
Francisco pide a los obispos que junto con sus sacerdotes, formen
mediante la catequesis, familias cristianas sólidas, que ''conozcan,
comprendan y amen las verdades de la fe con más profundidad'', sean
firmes en la fidelidad y en su aspiración a dar un hogar estable a
sus hijos. También les insta a estar cerca de los jóvenes ''que
quieren definir y articular su identidad en una época de
desorientación''. ''Ayudadles -escribe- a encontrar su objetivo en
el desafío y la alegría de la co-creación con Dios que es la
vocación a la vida matrimonial... o en la vocación al sacerdocio y
la vida religiosa que fue dada a la Iglesia para la salvación de las
almas''.
''De
modo especial -insiste- invitad a aquellos cuya fe se ha vuelto tibia
y se sienten perdidos, a regresar a la práctica completa de la fe.
Como pastores del rebaño, no os olvidéis de buscar a los miembros
más débiles de la sociedad de Zambia, entre los cuales se
encuentran los materialmente pobres y los afectados por el SIDA
porque ''la inmensa mayoría de los pobres tiene una especial
apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles
su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los
Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de
maduración en la fe''.
''No
os canséis de ser padres amables y firmes con vuestros sacerdotes
ayudándolos a resistir al materialismo y a las reglas del mundo,
reconociendo al mismo tiempo sus justas necesidades y promoved el
tesoro de la vida religiosa en vuestras diócesis''.''En este momento
difícil después de la muerte del presidente Sata, os invito a
seguir trabajando con los líderes políticos por el bien común,
profundizando en vuestro testimonio profético en defensa de los
pobres con el fin de elevar la vida de los débiles'', concluye
Francisco, recordando a los prelados que ''la misión evangelizadora
de la Iglesia nunca termina: " Es imperiosa la necesidad de
evangelizar las culturas para inculturar el Evangelio... Toda
cultura y todo grupo social necesitan purificación y maduración''.
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