Ciudad
del Vaticano, 31 octubre 2014
(VIS).-El arzobispo Bernardito Aúza, Observador Permanente de la
Santa Sede ante las Naciones Unidas intervino el 16 de octubre en el
Segundo Comité de la Asamblea General dedicado al argumento:
Desarrollo sostenible, protección del clima global para las
generaciones presentes y futuras.
''Si
el impacto del cambio climático se hace sentir en todo el mundo
-dijo- los países desarrollados y tecnológicamente avanzados tienen
una mayor capacidad para adaptarse y mitigar los efectos adversos,
mientras que los países en desarrollo y los pobres siguen siendo
particularmente vulnerables. Es un hecho paradójico e injusto, dado
que los principales factores del cambio climático, tales como el
consumo elevado y las grandes cantidades de emisiones de gases de
efecto invernadero, caracterizan las sociedades altamente
industrializadas. Por este motivo, la Santa Sede considera que el
cambio climático no es sólo un problema ambiental; también es una
cuestión de justicia y un imperativo moral''.
''Es
una cuestión de justicia -subrayó- ayudar a las personas más
pobres y vulnerables que sufren por causas de las que, en su mayor
parte, no son responsables y que están fuera de su control. Un acto
concreto sería permitir el acceso a una mejor tecnología para la
adaptación y la mitigación''. El nuncio recordó que dentro de poco
tendrán lugar la XXI Conferencia de las Partes de la Convención
Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas y la Undécima
Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto (París diciembre de
2015) en las que ''los pobres y los ricos - de hecho, todos nosotros
- saldremos vencedores si se logra llegar a un acuerdo sobre un
régimen internacional, a partir de 2020, en el que todas las
naciones del mundo, incluidas las que tienen las más altas
emisiones de gases de efecto invernadero, se comprometan en un
tratado universal sobre el clima''.
''En
este sentido -concluyó- mi delegación considera la pertinencia del
término "responsabilidad de proteger" no sólo en los
ámbitos del derecho humanitario y de los derechos humanos, sino
también en el tema del cambio climático. Todos compartimos la
responsabilidad de proteger nuestro planeta y la familia humana. ...
¡Decidamos, con conciencia, abstenernos de estilos de vida y
comportamientos que pueden agravar el estado de nuestro planeta, y
promovamos iniciativas que protegen y restauran! El mundo se ha
convertido en una aldea; por lo tanto, tenemos que ser cada vez más
conscientes de esta responsabilidad mutua y común. En particular,
los Estados tienen el serio deber de decidir políticas e idear
estructuras de monitoreo para asegurar que las generaciones
presentes y futuras, vivan de una manera segura y digna''.
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