Ciudad
del Vaticano, 5 septiembre 2014
(VIS).-Ayer tarde en el Aula del Sínodo, el Papa Francisco puso el
punto final al tercer congreso de 'Scholas Occurrentes', red
internacional de institutos escolares interreligiosos y
multiculturales -cuyo objetivo es la inclusión social a través de
la instrucción-, heredera de las Escuela de Vecinos y las Escuelas
Hermanas, dos asociaciones nacidas en Buenos Aires cuando el Santo
Padre era arzobispo de esa ciudad. El pontífice, respondió,
en conexión directa, a las preguntas de estudiantes de Estambul,
Israel, Sudáfrica, San Salvador y Australia, y
pronunció un discurso improvisado en el que subrayó la importancia
de la ''cultura del encuentro''.
La
primera pregunta la hizo un estudiante australiano que quería saber
cómo el programa de Scholas podía ayudarles a crear puentes hoy
entre los jóvenes de varios países.
''Los
muros separan, dividen -respondió el Papa- Los puentes acercan.
Respondiendo a tu pregunta: ¿qué pueden hacer?, seguir
comunicándose, comunicar las experiencias, las experiencias que
ustedes hacen... y con esta comunicación nadie manda, pero todo
funciona. Es la espontaneidad de la vida, es decirle un sí a la
vida. Comunicarse es dar, comunicarse es generosidad, comunicarse es
respeto, comunicarse es evitar todo tipo de discriminación''.
A
continuación, Francisco habló con un miembro de Scholas en Israel
que le preguntó si pensaba volver pronto a visitarlos. ''Me gustaría
volver- aseguró el pontífice- Estuve hace unos meses y vine muy
contento… vine muy contento''.
La
tercera pregunta la formuló un joven de Estambul interesado en saber
si el Papa pensaba que el futuro del mundo sería mejor o peor que el
actual.
''Yo
no tengo esa bola de cristal que tienen la brujas para mirar el
futuro - bromeó- Pero te quiero decir una cosa: ¿Sabes dónde está
el futuro?... El futuro lo tienen los jóvenes. Pero cuidado, jóvenes
con dos cualidades: jóvenes con alas y jóvenes con raíces. Jóvenes
que tengan alas para volar, para soñar, para crear, y que tengan
raíces para recibir de los mayores la sabiduría que nos dan los
mayores''.
De
Sudáfrica llegó, en cambio, la pregunta sobre cómo se formó la
idea de la plataforma escolar.
''Scholas
surgió- rememoró el pontífice- formando una escuela de vecinos, en
la Diócesis de Buenos Aires. Además de las escuelas, una red de
escuelas de vecinos, para tender puentes entre las escuelas de Buenos
Aires. Y tendió muchos puentes, muchos puentes, hasta puentes
transoceánicos....¿Por qué? Porque estamos convencidos de que la
juventud necesita comunicarse, necesita mostrar sus valores y
compartir sus valores. La juventud, hoy, necesita tres pilares
claves: educación, deporte y cultura. Por eso Scholas junta todo.
.... Adelante, para que los Estados puedan preparar salidas laborales
para estos chicos que son acompañados por educación, el deporte y
la cultura. Y el deporte es importante porque enseña a jugar en
equipo. El deporte salva del egoísmo, ayuda a no ser egoísta. Por
eso es importante trabajar en equipo y estudiar en equipo y andar el
camino de la vida en equipo.
Ernesto,
un estudiante de El Salvador, preocupado por el futuro empleo, pidió
al Papa que hiciera un llamado a todas las universidades o a las
empresas privadas y Francisco tras subrayar los avances del país en
la educación dijo a su interlocutor que había que tener cuidado
con las “maras” porque, ''así como existen puentes que los unen
a ustedes, también existen comunicaciones para destruir. Estén bien
alerta cuando hay grupos que buscan la destrucción, que buscan la
guerra, que no saben trabajar en equipo. Defiéndanse entre ustedes,
como equipo, como grupo, y trabajen fuerte allí. Sé que están
trabajando muy bien, y muy bien apoyados. Y el Ministerio de
Educación, sé que los apoya. Sigan adelante por este camino de
trabajar en equipo y defenderse de aquellos que quieren atomizarlos y
quitarles esa fuerza del grupo''.
Al
final, el presentador del programa
preguntó al Santo Padre que mensaje le gustaría transmitir a todos
los que estaban viendo el encuentro.
''Una
cosa que no es mía -respondió Francisco-. Jesús la decía muchas
veces–: “No tengan miedo”. Nosotros en mi país tenemos una
expresión que no sé cómo la traducirán en inglés: “No se
arruguen”. No tengan miedo, vayan adelante, tiendan puentes de paz,
jueguen en equipo y hagan el futuro mejor porque acuérdense que el
futuro está en las manos de ustedes. Sueñen el futuro volando, pero
no olviden la herencia cultural, sapiencial y religiosa que les
dejaron sus mayores. Adelante y con valentía. Hagan el futuro''.
En su breve discurso, en la clausura
de estas III Jornadas de la Red Mundial de Escuelas para el
Encuentro, el Papa subrayó que ''la cultura
del encuentro''' es el gran desafío. ''Hoy ya nadie duda -dijo- que
el mundo está en guerra. Y nadie duda, por supuesto, que el mundo
está en desencuentro. Y hay que proponer una cultura del encuentro
de alguna manera. Una cultura de la integración, del encuentro, de
los puentes... Pero recuerdo ese refrán africano: “Para educar a
un hijo hace falta una aldea”. Para educar a una persona, hace
falta todo esto''.
''No podemos dejar solos a los chicos,
por favor. -exclamó- Ya se ha incorporado a nuestro lenguaje hablar
de los chicos de la calle ...como si un chico pudiera estar solo,
abandonado de todo lo que es entorno cultural, de todo lo que es
entorno familiar... y hay que recomponer el pacto educativo...
recomponer esta aldea para educar a un chico. No los podemos dejar
solos, no los podemos dejar en la calle, ni desprotegidos, y a merced
de un mundo en el que prevalece el culto al dinero, a la violencia y
al descarte... Descartan los chicos, los ancianos y ahora el nuevo
descarte, toda una generación de jóvenes sin trabajo en países
desarrollados. Se habla de 75 millones de jóvenes en países
desarrollados, de 25 años para abajo, sin trabajo. Se descarta una
generación de jóvenes. Esto nos obliga a salir y no dejar a los
chicos solos, por lo menos eso. Y ése es nuestro trabajo''.
''En este sentido -concluyó- es muy
importante fortalecer los vínculos: los vínculos sociales, los
familiares, los personales. Todos, pero especialmente los niños y
los más jóvenes, tienen necesidad de un entorno adecuado, de un
hábitat verdaderamente humano, en el que se den las condiciones para
su desarrollo personal armónico y para su integración en el hábitat
más grande de la sociedad. Qué importante resulta entonces el
empeño por crear una “red” extensa y fuerte de lazos
verdaderamente humanos, que sostenga a los niños, que los abra
confiada y serenamente a la realidad.... Los animo a que sigan
trabajando para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que
ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza''.
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