Ciudad
del Vaticano, 8 septiembre 2014
(VIS).- El Santo Padre ha enviado este domingo un
vídeo mensaje a los representantes de las iglesias cristianas, de
las comunidades eclesiales y a los jefes de las religiones mundiales
reunidos en la ciudad belga de Amberes (7-9 septiembre) para celebrar
el encuentro internacional por la paz organizado por la Comunidad de
San Egidio. El tema de este año ''La Paz es el Futuro'' recuerda el
dramático inicio de la I Guerra Mundial, hace 100 años y espera en
un futuro en el que el respeto recíproco, el diálogo y la
cooperación contribuyan a eliminar el siniestro fantasma del
conflicto armado.
''En
estos días en el que muchos pueblos del mundo necesitan ayuda para
encontrar la vía de la paz, -ha dicho el Papa- este aniversario nos
enseña que la guerra no es nunca un medio satisfactorio para reparar
las injusticias y para conseguir soluciones equilibradas a las
discordias políticas y sociales. Cualquier guerra, como afirmó
Benedicto XV en 1917, es una ''inútil masacre''. La guerra arrastra
a los pueblos a una espiral de violencia que después se demuestra
difícil de controlar; demuele lo que generaciones han trabajado para
construir y prepara el camino a injusticias y conflictos aún
peores''.
Francisco
ha destacado que ''no podemos ser indiferentes ante los innumerables
conflictos y guerras que hoy afligen la vida humana y destrozan la
vida de los más jóvenes y ancianos envenenando las duraderas
relaciones entre los grupos étnicos y de religiones diferentes''.
Asimismo anima a todos a contribuir con la fuerza de la oración ya
que ''nuestras varias tradiciones religiosas pueden, en el espíritu
de Asís, dar una contribución a la paz. Espero que estos días de
oración y de diálogo sirvan para recordar que la búsqueda de la
paz y de la comprensión a través de la oración pueda crear
relaciones duraderas de unidad y prevalezca sobre las pasiones de la
guerra. Porque la guerra no es necesaria ni tampoco inevitable. Se
puede encontrar siempre una alternativa: la del diálogo, el
encuentro y la sincera búsqueda de la verdad''.
''Ha
llegado el momento en el que los jefes de las religiones cooperen con
eficacia en la obra de curar las heridas, resolver los conflictos y
buscar la paz. Porque la paz -ha añadido- es el signo seguro del
empeño por la causa de Dios''. El Pontífice ha concluido animando a
ser ''constructores de la paz'' y a convertir nuestras comunidades en
''escuelas de respeto y de diálogo con aquellas de otros grupos
étnicos o religiosos donde se aprenda a superar las tensiones, a
promover las relaciones ecuas y pacíficas entre los pueblos y los
grupos sociales, y a construir un futuro mejor para las generaciones
venideras''.
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