Ciudad
del Vaticano, 18 julio 2014
(VIS).-''Hacia una auténtica fraternidad entre cristianos y
musulmanes'' es el título del mensaje del Pontificio Consejo para el
Diálogo Interreligioso en ocasión del final del Ramadán (Id
al-Fitr 1435/ 2014 AD). El documento está firmado por el cardenal
Jean-Louis Tauran y por padre Miguel Ángel Ayuso Guixot MCCJ,
respectivamente presidente y secretario de ese dicasterio.
El
año pasado, el primero de su ministerio el Papa Francisco firmó
personalmente el Mensaje con motivo del 'Id-al Firt y, en el Ángelus
del 13 de agosto de ese mismo año se dirigió a los musulmanes
llamándolos ''hermanos nuestros''. ''Todos reconocemos -dice el
texto- la importancia de esas palabras. Efectivamente, los cristianos
y los musulmanes son hermanos y hermanas de una única familia
humana, creada por el único Dios''.
El
mensaje recuerda también las palabras de San Juan Pablo II a algunos
líderes religiosos musulmanes en 1982 en Nigeria: ''Todos nosotros,
cristianos y musulmanes, vivimos bajo el sol de un único Dios
misericordioso. Todos creemos en un sólo Dios creador del hombre.
Aclamamos la señoría de Dios y defendemos la dignidad del ser
humano en cuanto siervo de Dios, Adoramos a Dios y le profesamos una
sumisión total. En este sentido podemos llamarnos unos a otros
hermanos y hermanas en la fe en un sólo Dios''.
''Damos
gracias al Altísimo -prosigue el documento- por todo lo que tenemos
en común, aunque seamos conscientes de nuestras diferencias. Nos
damos cuenta de la importancia de la promoción de un diálogo
fructífero basado en el respeto y la amistad recíprocas. Inspirados
por nuestros valores compartidos y reforzados por nuestros
sentimientos de fraternidad genuina, estamos llamados a trabajar
juntos por la justicia, la paz y el respeto de los derechos y de la
dignidad de toda persona. Nos sentimos particularmente responsables
de los más necesitados: los pobres, los enfermos, los huérfanos,
los migrantes, las víctimas de la trata de personas y todos los que
sufren a causa de cualquier forma de dependencia''.
''Sabemos
que el mundo actual debe hacer frente a grandes desafíos que
requieren solidaridad por parte de las personas de buena voluntad
-observa el mensaje- Estos retos comprenden las amenazas al medio
ambiente, la crisis de la economía global y altos niveles de
desempleo, especialmente entre los jóvenes. Situaciones tales
generan un sentido de vulnerabilidad y una falta de esperanza en el
futuro. Tampoco tenemos que olvidar los problemas que afrontan las
tantas familias que han sido separadas dejando a sus seres queridos
y, a menudo, también a niños pequeños. Por lo tanto, aunemos
nuestros esfuerzos para construir puentes de paz y para promover la
reconciliación, especialmente en las regiones en que musulmanes y
cristianos padecen juntos el horror de la guerra''.
El
documento se cierra manifestando el deseo de que la amistad común
''inspire siempre nuestra cooperación cuando se trata de afrontar
estos retos tan numerosos con sabiduría y prudencia. Así podremos
ayudar a reducir las tensiones y los conflictos y a hacer que
progrese el bien común. Y demostraremos también que las religiones
pueden ser fuente de armonía para el beneficio de toda la
sociedad''.
''Rogamos
-concluye-que la reconciliación, la justicia, la paz y el desarrollo
sigan siendo nuestras prioridades, por el bienestar y el bien de toda
la familia humana. Con el Papa Francisco os dirigimos nuestra mejores
deseos de una fiesta gozosa y de una vida de prosperidad en la paz''
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