Ciudad
del Vaticano, 6 abril 2014 (VIS).- El Santo Padre ha visitado a las
cuatro de la tarde la parroquia romana de San Gregorio Magno, en el
barrio de la Magliana. Francisco ha saludado a fieles y parroquianos,
así como a los niños y muchachos del catequismo; a los enfermos y
ancianos. El Pontífice se ha interesado por las distintas realidades
sociales de la zona, entre ellas, la Asociación de integración
social para personas discapacitadas “Lámpara de los deseos”, y
la Cooperativa “La Prora” que se ocupa de la reinserción laboral
de los excarcelados y ex toxicómanos. Después ha visitado la Casa
de la Caridad, una estructura parroquial, animada por las Carmelitas
Menores de la Caridad y diversos voluntarios. En la parroquia del
barrio ha confesado a varios feligreses y al finalizar ha celebrado
la Eucaristía con todos los fieles.
En
la homilía, el Papa ha hablado de la resurrección y de la vida, “la
hermosa promesa del Señor” -ha dicho-. Hoy os invito a pensar por
un momento en silencio: ¿Dónde está mi necrosis? ¿Dónde está la
parte muerta de mi alma? ¿Dónde está mi tumba? Pensemos un minuto
todos en silencio. Pensemos: ¿cuál es la parte del corazón que se
puede corromper, por estar unida a algún pecado o pecados? Hay que
quitar la piedra de la vergüenza y dejar que el Señor nos diga,
como le dijo a Lázaro, “Sal fuera”. Para que toda nuestra alma
se cure, resucite por el amor de Jesús, por la fuerza de Jesús. Él
nos puede perdonar. ¡Todos lo necesitamos! ¡Todos somos pecadores,
pero debemos tener cuidado de no convertirnos en corruptos! Somos
pecadores, pero Él nos perdona. Oigamos la voz de Jesús, que con el
poder de Dios, nos dice: "¡Sal fuera! Sal de esa tumba que
tienes dentro. Sal. Yo te doy la vida, yo te hago feliz, yo te
bendigo, te quiero para mí”.
Al
finalizar, el Santo Padre ha regalado a los fieles evangelios de
bolsillo y les ha animado a llevarlos siempre consigo y a leerlo un
poco todos los días, en cualquier lugar se encuentren.
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