Ciudad
del Vaticano, 6 enero 2014 (VIS).- Al
finalizar la Misa celebrada en la Basílica Vaticana en ocasión de
la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre se ha
asomado a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano
para recitar el ángelus con los fieles y peregrinos presentes.
Francisco ha recordado cómo el Papa
emérito Benedicto XVI comenta “magníficamente” en su libro “La
infancia de Jesús”, el episodio de la llegada a Belén de los
Reyes Magos de Oriente. “Esta fue -ha dicho- la primera
"manifestación" de Cristo a las gentes. Por lo tanto, la
Epifanía destaca la apertura universal de la salvación traída por
Jesús”.
“Esta fiesta nos
permite ver un doble movimiento: por un lado, el movimiento de Dios
hacia el mundo, hacia la humanidad - toda la historia de la
salvación, que culmina en Jesús - y, por otro lado, el movimiento
de los hombres hacia Dios - pensemos en las religiones, en la
búsqueda de la verdad, en el camino de los pueblos hacia la paz, la
paz interior, la justicia, la libertad -. Y este doble movimiento es
impulsado por una atracción mutua. Por parte de Dios, ¿qué le
atrae? Es el amor por nosotros: somos sus hijos, nos ama y quiere
liberarnos del mal, la enfermedad, la muerte, y llevarnos a su casa,
a su Reino”.
“También
de nuestra parte hay un amor, un deseo: el bien siempre nos atrae,
nos llama la verdad, la vida, la felicidad, la belleza nos atrae...
Jesús es el punto de encuentro de esta atracción mutua de esta
movimiento doble. Es Dios y el hombre: Jesús. Dios y Hombre. Pero,
¿quién toma la iniciativa? ¡Siempre Dios! ¡El amor de Dios está
siempre antes que el nuestro!”.
“Toda
la Iglesia está dentro de este movimiento de Dios hacia el mundo: su
alegría es el Evangelio, es reflejar la luz de Cristo. La Iglesia es
el pueblo de los que han experimentado esta atracción y la llevan
dentro, en el corazón de la vida. Me gustaría decir - honestamente
- a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia - con
respeto - decirles a los que tienen miedo y son indiferentes: el
Señor también te llama a ti, a ser parte de su pueblo y lo hace con
gran respeto y amor. El Señor te llama. El Señor te busca. El Señor
te espera. El Señor no hace proselitismo, da amor, y este amor te
busca, te espera, a ti que en este momento no crees o estás alejado
. Y esto es el amor de Dios”.
Al
final de la oración mariana, el Papa ha felicitado a los hermanos y
hermanas de las Iglesias Orientales que el 7 celebran la Navidad y ha
recordado que la La Epifanía es el día de los niños misioneros,
propuesto por la Pontificia Obra de la Santa Infancia.
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