Ciudad
del Vaticano, 8 noviembre 2012
(VIS).-El cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Pontificio
Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes y el padre
Gabriele Ferdinando Bentoglio, C.S., subsecretario del mismo
dicasterio, presentaron esta mañana en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede el XXIII Congreso del Apostolado del Mar que tendrá
lugar en el Aula nueva del Sínodo en el Vaticano, del 19 al 23 de
noviembre y en el que participan 410 personas procedentes de 71
países de los cinco continentes. El tema del congreso es “Nueva
evangelización en el mundo marítimo".
“El
Sínodo de los Obispos y el Año de la Fe (...) -dijo el cardenal
Veglió son un reto para los capellanes y los voluntarios del
Apostolado del Mar que se reunirán en este congreso para buscar
“respuestas pastorales adecuadas a los problemas de las gentes del
mar”. Entre estos problemas el cardenal citó los derivados del uso
de tecnologías cada vez más modernas que, si por una parte, mejoran
la rapidez del trabajo en el mar, no siempre redundan en beneficio de
los marineros, sobre todo, “de los que aceptan contratos que los
llevan a vivir durante muchos meses lejos de sus familias”. A esto
hay que añadir, en los últimos años, “el abandono de las naves
con sus equipajes en puertos extranjeros sin víveres ni recursos y
las medidas cada vez más restrictivas que impiden que los marineros
bajen a tierra, además de abusos y explotación (...) Un discurso a
parte merece la piratería que causa traumas psicológicos a largo
plazo, no sólo a los marineros, sino también a sus familias”
La
comunidad internacional ha afrontado este estado de cosas adoptando
la Convención sobre el trabajo marítimo (2006) que “establece los
requisitos mínimos, en todos los aspectos, de las condiciones de
trabajo de los marineros embarcados en las naves mercantiles (...)
considerada como “la carta de de los derechos de la gente del mar”.
“El
Apostolado del Mar, a través de sus voluntarios y capellanes-
explicó el purpurado- se ha preocupado siempre por los pescadores y
sus familias. No hay estadísticas precisas sobre los incidentes que
afectan a las personas de este sector laboral, pero muchas
organizaciones internacionales sostienen que la pesca es una de las
profesiones más peligrosas del mundo. No hay que olvidar que, además
de la pesca reglamentada, existe la pesca ilegal, no declarada y no
disciplinada que, a menudo lleva aparejado el tráfico de personas y
el trabajo forzoso.”
A
continuación, el padre Gabriele Bentoglio ilustró los temas que
jalonan las jornadas del congreso. El primer día se hablará de la
nueva evangelización y, en particular, los participantes
reflexionarán sobre “la proclamación del Evangelio a un número
creciente de marineros pertenecientes a los ritos orientales de la
Iglesia católica y a los cristianos ortodoxos o de otras
denominaciones, sin olvidar la asistencia a los marineros que hacen
escala en los puertos de los países musulmanes”.
Las
relaciones eficaces con la industria marítima será el tema de la
segunda jornada que abrirá el Secretario general del “International
Transport Workers Federation” que agrupa a 708 sindicatos en
representación de más de cinco millones de trabajadores de todos
los sectores del transporte; más de la mitad de los marineros de
todo el mundo. Ese organismo comparte con el Apostolado del Mar tres
objetivos: “mejorar la vida de la gente del mar; garantizar
servicios de primera asistencia y responder a las necesidades
espirituales y materiales de los marineros”.
Los
pescadores son los protagonistas del tercer día. El Apostolado del
Mar pedirá, en esa ocasión, la ratificación de la Convención
sobre el Trabajo en el sector de la pesca que atañe a 38 millones de
personas.
La
cuarta jornada analizará la piratería marítima, un fenómeno que
se extiende, sobre todo, por el Océano Indico y las aguas adyacentes
al Cuerno de África, aunque afecta también a las costas de África
Occidental, a Sudamérica y al Caribe. “Se trata -dijo el padre
Bentoglio- de un crimen (...) difícil de afrontar que suscita gran
preocupación, ante todo, por el incremento de la violencia en la
gestión de los rehenes, el prolongarse de la detención y la
capacidad de resistencia en la gestión de los secuestros”. Ese
mismo día se hablará de un sector en aumento en el mundo marítimo,
el de los cruceros.
Por
último, el congreso afrontará el tema del envío en misión,
centrándose en “la colaboración ecuménica con otras
denominaciones cristianas en los puertos del mundo, sin dejar de
lado, cuando sea posible, una cooperación interreligiosa”. Se
presentarán también dos importantes iniciativas para la tutela de
la gente del mar: el “Seafarers Rights International” (SRI) que
conjuga las competencias de la industria y del mundo jurídico para
“promover los derechos y la tutela legal de los marineros” y el
“Maritime Humanitarian Piracy Response” (MHPR) para “ayudar a
los marineros y sus familias en caso de incidentes traumáticos
causados por el ataque de los piratas”.
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