CIUDAD DEL VATICANO, 4 NOV 2011 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy las Cartas Credenciales del nuevo embajador de Costa de Marfil ante la Santa Sede, Joseph Tebah-Klah, en el XL aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
En su discurso de respuesta al embajador, el Santo Padre afirmó que ha seguido con gran preocupación el desarrollo de la crisis postelectoral que ha conducido a las divisiones que afectan actualmente a Costa de Marfil. Asimismo, manifestó su deseo de que la recientemente creada Comisión Diálogo-Verdad-Reconciliación trabaje con diligencia e imparcialidad.
“La grave crisis que ha atravesado Costa de Marfil –dijo el Pontífice- ha dado lugar a graves violaciones de los derechos humanos y a numerosas pérdidas de vidas humanas. Por ello, animo a vuestro país a promover cualquier iniciativa que conduzca a la paz y a la justicia. No hay que tener miedo de descubrir la verdad sobre los crímenes y sobre todos los atentados cometidos contra los derechos de las personas. El ‘vivir juntos’ solamente será posible y armonioso a través de la búsqueda de la justicia y la verdad (…) así como mediante el reconocimiento y el respeto del carácter sacro de toda vida humana. Como toda vida viene de Dios, es sagrada a causa de su origen divino. Así, la pérdida de una vida humana cualquiera –pequeña o grande, rica o pobre- es siempre un drama, sobre todo cuando el hombre es el responsable”.
La diversidad de religiones y etnias del país africano “es una gran riqueza. El ‘vivir juntos’ ha de ser siempre sostenido y alentado ardientemente”. Así, el Papa animó a los gobernantes a trabajar de modo transparente para que los recursos de la nación beneficien a todos los ciudadanos por igual.
La Iglesia, por su parte, “participa con su especificidad al esfuerzo de reconstrucción. Ella no desea sustituir al Estado, pero, a través de sus numerosas instituciones en los campos educativo y sanitario, puede aportar consuelo y cuidados al alma; y esta ayuda es a menudo más necesaria que el apoyo material, sobre todo cuando es necesario curar tanto las heridas del cuerpo como las del alma”.
Finalmente, el Santo Padre invocó la intercesión de la Virgen María para que el Señor derrame abundantes bendiciones sobre los gobernantes y el pueblo marfileños.
CD/COSTA MARFIL VIS 20111104 (400)
En su discurso de respuesta al embajador, el Santo Padre afirmó que ha seguido con gran preocupación el desarrollo de la crisis postelectoral que ha conducido a las divisiones que afectan actualmente a Costa de Marfil. Asimismo, manifestó su deseo de que la recientemente creada Comisión Diálogo-Verdad-Reconciliación trabaje con diligencia e imparcialidad.
“La grave crisis que ha atravesado Costa de Marfil –dijo el Pontífice- ha dado lugar a graves violaciones de los derechos humanos y a numerosas pérdidas de vidas humanas. Por ello, animo a vuestro país a promover cualquier iniciativa que conduzca a la paz y a la justicia. No hay que tener miedo de descubrir la verdad sobre los crímenes y sobre todos los atentados cometidos contra los derechos de las personas. El ‘vivir juntos’ solamente será posible y armonioso a través de la búsqueda de la justicia y la verdad (…) así como mediante el reconocimiento y el respeto del carácter sacro de toda vida humana. Como toda vida viene de Dios, es sagrada a causa de su origen divino. Así, la pérdida de una vida humana cualquiera –pequeña o grande, rica o pobre- es siempre un drama, sobre todo cuando el hombre es el responsable”.
La diversidad de religiones y etnias del país africano “es una gran riqueza. El ‘vivir juntos’ ha de ser siempre sostenido y alentado ardientemente”. Así, el Papa animó a los gobernantes a trabajar de modo transparente para que los recursos de la nación beneficien a todos los ciudadanos por igual.
La Iglesia, por su parte, “participa con su especificidad al esfuerzo de reconstrucción. Ella no desea sustituir al Estado, pero, a través de sus numerosas instituciones en los campos educativo y sanitario, puede aportar consuelo y cuidados al alma; y esta ayuda es a menudo más necesaria que el apoyo material, sobre todo cuando es necesario curar tanto las heridas del cuerpo como las del alma”.
Finalmente, el Santo Padre invocó la intercesión de la Virgen María para que el Señor derrame abundantes bendiciones sobre los gobernantes y el pueblo marfileños.
CD/COSTA MARFIL VIS 20111104 (400)
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