CIUDAD DEL VATICANO, 17 JUL 2011 (VIS).-Después del rezo del Ángelus este mediodía en el patio del palacio apostólico de Castel Gandolfo, el Papa manifestó “profunda preocupación por las noticias procedentes de la región del Cuerno de África, y en particular de Somalia, afectada por una gravísima sequía y en otras zonas debido a las fuertes lluvias, que están causando una catástrofe humanitaria. Innumerables personas están huyendo de esa tremenda carestía en busca de comida y de ayuda”.
“Espero –dijo- que aumente la movilización internacional para enviar inmediatamente ayuda a nuestros hermanos y hermanas, que ya han sufrido tanto, entre quienes se encuentran tantos niños. Que no les falte a estas poblaciones que sufren nuestra solidaridad y el apoyo concreto de todas las personas de buena voluntad”.
Dirigiéndose posteriormente a los peregrinos de lengua francesa, el Santo Padre señaló que “el tiempo de vacaciones es ciertamente propicio para un enriquecimiento cultural y espiritual. A través de los innumerables sitios y monumentos que visitáis –dijo-, podéis descubrir la belleza de este patrimonio universal que nos une a nuestras raíces. Prestad atención para dejaros interpelar por el hermoso ideal que animaba a los constructores de catedrales y abadías, cuando edificaban estos signos vibrantes de la presencia de Dios en nuestra tierra. Que este ideal se convierta en vuestro ideal y que el Espíritu Santo, que escruta en el fondo de los corazones, os inspire para rezar en estos lugares, dando gracias e intercediendo por la humanidad del tercer milenio”.
Al saludar a los fieles polacos presentes en Castel Gandolfo, Benedicto XVI recordó que “ayer celebramos la memoria de María, Madre de Dios del Escapulario (Virgen María del Monte Carmelo). El escapulario –explicó- es un signo particular de la unión con Jesús y María. Para quienes lo llevan constituye un signo del abandono filial en la protección de la Virgen Inmaculada. Que en nuestra batalla contra el mal, María, nuestra Madre, nos envuelva en su manto”.
ANG/ VIS 20110718 (340)
“Espero –dijo- que aumente la movilización internacional para enviar inmediatamente ayuda a nuestros hermanos y hermanas, que ya han sufrido tanto, entre quienes se encuentran tantos niños. Que no les falte a estas poblaciones que sufren nuestra solidaridad y el apoyo concreto de todas las personas de buena voluntad”.
Dirigiéndose posteriormente a los peregrinos de lengua francesa, el Santo Padre señaló que “el tiempo de vacaciones es ciertamente propicio para un enriquecimiento cultural y espiritual. A través de los innumerables sitios y monumentos que visitáis –dijo-, podéis descubrir la belleza de este patrimonio universal que nos une a nuestras raíces. Prestad atención para dejaros interpelar por el hermoso ideal que animaba a los constructores de catedrales y abadías, cuando edificaban estos signos vibrantes de la presencia de Dios en nuestra tierra. Que este ideal se convierta en vuestro ideal y que el Espíritu Santo, que escruta en el fondo de los corazones, os inspire para rezar en estos lugares, dando gracias e intercediendo por la humanidad del tercer milenio”.
Al saludar a los fieles polacos presentes en Castel Gandolfo, Benedicto XVI recordó que “ayer celebramos la memoria de María, Madre de Dios del Escapulario (Virgen María del Monte Carmelo). El escapulario –explicó- es un signo particular de la unión con Jesús y María. Para quienes lo llevan constituye un signo del abandono filial en la protección de la Virgen Inmaculada. Que en nuestra batalla contra el mal, María, nuestra Madre, nos envuelva en su manto”.
ANG/ VIS 20110718 (340)
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