CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAY 2009 (VIS).-El Papa recibió hoy a los prelados de la Conferencia Episcopal Peruana que acaban de realizar su visita "ad limina".
El Santo Padre comenzó su discurso hablando de la unidad de toda la Iglesia, que, dijo, "nunca se ve definitivamente lograda y que se debe construir y perfeccionar incesantemente, sin rendirse ante las dificultades objetivas y subjetivas, con el propósito de mostrar el verdadero rostro de la Iglesia católica, una y única".
Tras poner de relieve que "la unidad auténtica en la Iglesia es siempre fuente inagotable de espíritu evangelizador", manifestó su alegría porque habían acogido en sus programas pastorales "el impulso misionero promovido por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, y especialmente la "Misión continental", con vistas a que cada fiel aspire a la santidad tratando personalmente con el Señor Jesús, amándolo con perseverancia y conformando la propia vida con los criterios evangélicos, de modo que se creen comunidades eclesiales de intensa vida cristiana".
"Se trata -continuó- de relanzar el espíritu misionero, no por temor al futuro, sino porque la Iglesia es una realidad dinámica y el verdadero discípulo de Jesucristo goza transmitiendo gratuitamente a otros su divina Palabra y compartiendo con ellos el amor que brota de su costado abierto en la cruz ".
Benedicto XVI exhortó a los prelados a "convocar a todas las fuerzas vivas de vuestras diócesis, para que caminen desde Cristo irradiando siempre la luz de su rostro, en particular a los hermanos que, tal vez por sentirse poco valorados o no suficientemente atendidos en sus necesidades espirituales y materiales, buscan en otras experiencias religiosas respuestas a sus inquietudes".
"La asidua visita pastoral a las comunidades eclesiales -también a las más alejadas y humildes-, la oración prolongada, la esmerada preparación de la predicación, vuestra paterna atención a los sacerdotes, a las familias, a los jóvenes, a los catequistas y demás agentes de pastoral, son la mejor forma de sembrar en todos el ardiente deseo de ser mensajeros de la Buena Noticia de la salvación, abriéndoos al mismo tiempo las puertas del corazón de aquellos que os rodean, sobre todo de los enfermos y los más necesitados".
El Santo Padre destacó la "benéfica presencia de abnegados miembros de la vida consagrada" en Perú. En este sentido, pidió a los obispos que les siguieran "acompañando y animando fraternalmente (…) para que, viviendo con fidelidad los consejos evangélicos según el propio carisma, continúen dando un vigoroso testimonio de amor a Dios, de adhesión inquebrantable al Magisterio de la Iglesia y de colaboración solícita con los planes pastorales diocesanos".
El Papa concluyó recordando a los peruanos "que carecen de trabajo y de adecuadas prestaciones educativas y sanitarias, o en los que viven en los suburbios de las grandes ciudades y en zonas recónditas. Pienso, asimismo -terminó-, en aquellos que han caído en manos de la drogadicción o la violencia. No podemos desentendernos de estos hermanos nuestros más débiles y queridos por Dios, teniendo siempre presente que la caridad de Cristo nos apremia".
AL/…/PERU VIS 20090518 (520)
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