CIUDAD DEL VATICANO, 19 ABR 2009 (VIS).-Hoy, segundo domingo de Pascua y de la Divina Misericordia, Benedicto XVI rezó al mediodía el Regina Coeli con los fieles reunidos en el patio del Palacio apostólico de Castelgandolfo.
El Papa agradeció las numerosas felicitaciones que ha recibido estos días tanto por su cumpleaños, el 16 de abril, como por el cuarto aniversario de su elección como pontífice, que cae precisamente hoy, 19 de abril.
"Como he afirmado recientemente -dijo- nunca me siento solo. En esta singular semana que para la liturgia constituye un día sólo he sentido todavía más la comunión que me rodea y me sostiene: una solidaridad espiritual nutrida esencialmente por la oración, que se manifiesta de mil maneras. Empezando por mis colaboradores de la Curia hasta las parroquias más lejanas geográficamente, nosotros los católicos formamos y debemos sentirnos una única familia animada por los mismos sentimientos de la primera comunidad cristiana".
El Santo Padre recordó que la comunión de los primeros cristianos tenía "como centro y fundamento a Cristo resucitado", y que "el Evangelio narra efectivamente que, en el momento de la pasión, cuando el divino Maestro fue arrestado y condenado los discípulos se dispersaron". "Jesús resucitado -explicó- dio a los suyos una unidad nueva más fuerte que la anterior, invencible porque no se basaba en los recursos humanos sino en su misericordia divina, que hizo que todos se sintieran amados y perdonados por Él. Por eso, es el amor misericordioso de Dios el que une firmemente, hoy como ayer, a la Iglesia y hace de la humanidad una sola familia".
"Convencido de ello mi amado predecesor Juan Pablo II -concluyó- dedicó el segundo domingo de Pascua a la Divina Misericordia y señaló a Cristo resucitado como fuente de confianza y de esperanza, acogiendo el mensaje espiritual transmitido por el Señor a santa Faustina Kowalska, sintetizado en la invocación: "Jesús, en ti confío".
ANG/DIVINA MISERICORDIA/... VIS 20090420 (350)
El Papa agradeció las numerosas felicitaciones que ha recibido estos días tanto por su cumpleaños, el 16 de abril, como por el cuarto aniversario de su elección como pontífice, que cae precisamente hoy, 19 de abril.
"Como he afirmado recientemente -dijo- nunca me siento solo. En esta singular semana que para la liturgia constituye un día sólo he sentido todavía más la comunión que me rodea y me sostiene: una solidaridad espiritual nutrida esencialmente por la oración, que se manifiesta de mil maneras. Empezando por mis colaboradores de la Curia hasta las parroquias más lejanas geográficamente, nosotros los católicos formamos y debemos sentirnos una única familia animada por los mismos sentimientos de la primera comunidad cristiana".
El Santo Padre recordó que la comunión de los primeros cristianos tenía "como centro y fundamento a Cristo resucitado", y que "el Evangelio narra efectivamente que, en el momento de la pasión, cuando el divino Maestro fue arrestado y condenado los discípulos se dispersaron". "Jesús resucitado -explicó- dio a los suyos una unidad nueva más fuerte que la anterior, invencible porque no se basaba en los recursos humanos sino en su misericordia divina, que hizo que todos se sintieran amados y perdonados por Él. Por eso, es el amor misericordioso de Dios el que une firmemente, hoy como ayer, a la Iglesia y hace de la humanidad una sola familia".
"Convencido de ello mi amado predecesor Juan Pablo II -concluyó- dedicó el segundo domingo de Pascua a la Divina Misericordia y señaló a Cristo resucitado como fuente de confianza y de esperanza, acogiendo el mensaje espiritual transmitido por el Señor a santa Faustina Kowalska, sintetizado en la invocación: "Jesús, en ti confío".
ANG/DIVINA MISERICORDIA/... VIS 20090420 (350)
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