CIUDAD DEL VATICANO, 23 ABR 2009 (VIS).-Esta mañana, a las 7,30, Benedicto XVI celebró en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano la Santa Misa con los miembros del comité organizador del VI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Ciudad de México (México) el pasado mes de enero. Entre los participantes en la Eucaristía se encontraban los cardenales Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México.
En la homilía el Papa, comentando la lectura de los Hechos de los Apóstoles donde San Pedro afirma "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres", dijo: "La Palabra de Dios nos habla de una obediencia que no es simple sujeción, ni un simple cumplimiento de mandatos, sino que nace de una íntima comunión con Dios y consiste en una mirada interior que sabe discernir aquello que "viene de lo alto" y "está por encima de todo". Es fruto del Espíritu Santo que Dios concede sin medida".
"Nuestros contemporáneos -agregó- necesitan descubrir esta obediencia, que no es teórica sino vital; que es un optar por conductas concretas, basadas en la obediencia al querer de Dios, que nos hacen ser plenamente libres. Las familias cristianas con su vida doméstica, sencilla y alegre, compartiendo día a día las alegrías, esperanzas y preocupaciones, vividas a la luz de la fe, son escuelas de obediencia y ámbito de verdadera libertad. Lo saben bien los que han vivido su matrimonio según los planes de Dios durante largos años, (...) comprobando la bondad del Señor que nos ayuda y alienta".
HML/ENCUENTRO FAMILIAS/... VIS 20090423 (270)
En la homilía el Papa, comentando la lectura de los Hechos de los Apóstoles donde San Pedro afirma "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres", dijo: "La Palabra de Dios nos habla de una obediencia que no es simple sujeción, ni un simple cumplimiento de mandatos, sino que nace de una íntima comunión con Dios y consiste en una mirada interior que sabe discernir aquello que "viene de lo alto" y "está por encima de todo". Es fruto del Espíritu Santo que Dios concede sin medida".
"Nuestros contemporáneos -agregó- necesitan descubrir esta obediencia, que no es teórica sino vital; que es un optar por conductas concretas, basadas en la obediencia al querer de Dios, que nos hacen ser plenamente libres. Las familias cristianas con su vida doméstica, sencilla y alegre, compartiendo día a día las alegrías, esperanzas y preocupaciones, vividas a la luz de la fe, son escuelas de obediencia y ámbito de verdadera libertad. Lo saben bien los que han vivido su matrimonio según los planes de Dios durante largos años, (...) comprobando la bondad del Señor que nos ayuda y alienta".
HML/ENCUENTRO FAMILIAS/... VIS 20090423 (270)
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