CIUDAD DEL VATICANO, 3 DIC 2008 (VIS).-Hoy se hizo público el discurso del arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, con motivo de la 48 Conferencia Internacional sobre la Educación promovida por la UNESCO del 25 al 28 de noviembre.
El arzobispo Tomasi afirmó que el objetivo de una "educación de todos" debe tener en cuenta "la exigencias de cada persona y en particular de los pobres y de los más vulnerables, de personas discapacitadas, de jóvenes que viven en zonas rurales y urbanas degradadas, de jóvenes y adultos sin ninguna discriminación".
"Los educadores deben ser conscientes -subrayó- de que desarrollan el propio servicio en colaboración con los padres, que son la primera "agencia educativa" y tienen el derecho y el deber prioritarios de educar a sus hijos. Esta convergencia de esfuerzos es una aplicación evidente del principio fundamental de subsidiariedad".
El observador permanente de la Santa Sede señaló que la comunidad educativa "está llamada a promover una escuela que sea un lugar de formación integral por medio de relaciones interpersonales basadas en el respeto y la aceptación recíprocos. En este sentido, la integración no es una ideología que reduce todas las diferencias y pierde de vista la situación de la persona concreta, su historia y sus experiencias, y esto debería ser el centro de cualquier programa educativo".
"Una educación integral comprende a todos los niños y los jóvenes en su contexto existencial y a todas las personas que se dedican a su formación, un proceso global que combina transmisión de conocimientos y desarrollo de la personalidad. En efecto -terminó-, las cuestiones fundamentales que se plantean todas las personas tienen que ver con la búsqueda del sentido de la vida y de la historia, del cambio y de la disolución, del amor y de la trascendencia".
DELSS/EDUCACION/GINEBRA:TOMASI VIS 20081203 (320)LA ESCUELA, LUGAR DE
El arzobispo Tomasi afirmó que el objetivo de una "educación de todos" debe tener en cuenta "la exigencias de cada persona y en particular de los pobres y de los más vulnerables, de personas discapacitadas, de jóvenes que viven en zonas rurales y urbanas degradadas, de jóvenes y adultos sin ninguna discriminación".
"Los educadores deben ser conscientes -subrayó- de que desarrollan el propio servicio en colaboración con los padres, que son la primera "agencia educativa" y tienen el derecho y el deber prioritarios de educar a sus hijos. Esta convergencia de esfuerzos es una aplicación evidente del principio fundamental de subsidiariedad".
El observador permanente de la Santa Sede señaló que la comunidad educativa "está llamada a promover una escuela que sea un lugar de formación integral por medio de relaciones interpersonales basadas en el respeto y la aceptación recíprocos. En este sentido, la integración no es una ideología que reduce todas las diferencias y pierde de vista la situación de la persona concreta, su historia y sus experiencias, y esto debería ser el centro de cualquier programa educativo".
"Una educación integral comprende a todos los niños y los jóvenes en su contexto existencial y a todas las personas que se dedican a su formación, un proceso global que combina transmisión de conocimientos y desarrollo de la personalidad. En efecto -terminó-, las cuestiones fundamentales que se plantean todas las personas tienen que ver con la búsqueda del sentido de la vida y de la historia, del cambio y de la disolución, del amor y de la trascendencia".
DELSS/EDUCACION/GINEBRA:TOMASI VIS 20081203 (320)LA ESCUELA, LUGAR DE
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