INMACULADA CONCEPCION: VICTORIA SOBRE EL PECADO ORIGINAL

CIUDAD DEL VATICANO, 8 DIC 2008 (VIS).- Hoy, solemnidad de la Inmaculada Concepción, Benedicto XVI se asomó al mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con 40.000 peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

  La solemnidad de hoy, dijo el Papa, "nos recuerda dos verdades fundamentales de nuestra fe: el pecado original (...)  y la victoria sobre él de la gracia de Cristo, que resplandece de manera sublime en María Santísima".

  "La existencia de aquello que la Iglesia llama "pecado original" -explicó- es desgraciadamente evidente; basta mirar alrededor y antes que nada en nuestro interior. La experiencia del mal es tan fuerte que se impone por sí misma y suscita en nosotros la pregunta: ¿De dónde procede? Especialmente para un creyente, la interrogación es aún más profunda: Si Dios, que es la bondad absoluta, lo ha creado todo, ¿de dónde viene el mal?".

  "Las primeras páginas de la Biblia, (…) que narran la creación y la caída de nuestros primeros padres -recordó el Santo Padre-, responden a esta pregunta fundamental que interpela una tras otra a todas las generaciones de la humanidad. Dios creó todo para la existencia, en particular, creó al ser humano a su  imagen y semejanza; no creó la muerte, que entró en el mundo por la envidia del diablo que, rebelándose a Dios, engañó también a los hombres, induciéndolos a la rebelión. Es el drama de la libertad, que Dios acepta totalmente por amor, prometiendo, sin embargo, que vendrá un hijo de mujer que aplastará la cabeza de la antigua serpiente".

  Desde el principio, por lo tanto, "el eterno consejo", como diría Dante, tiene un "término fijo" -señaló el Papa-: la mujer predestinada a convertirse en madre del Redentor, (...) de Aquel que se humilló hasta el extremo para devolvernos nuestra original dignidad. (...) Y esta mujer (...) tiene un rostro y tiene un nombre: "llena de gracia", como la llamó el ángel (...) en Nazaret. Es la nueva Eva, esposa del nuevo Adán, destinada a ser madre de todos los redimidos" y "liberada de la caída de nuestros primeros padres".

  "En María Inmaculada -concluyó el pontífice- contemplamos el reflejo de la belleza que salva el mundo: la belleza de Dios que resplandece en el rostro de Cristo".
ANG/INMACULADA/...                           VIS 20081209 (390)