CIUDAD DEL VATICANO, 1 DIC 2008 (VIS).-El Santo Padre recibió este mediodía al rector, a los profesores, estudiantes y al personal técnico y administrativo de la Universidad de estudios de Parma (Italia).
En su discurso, el Papa se refirió a "la "lección" que nos ha dejado el santo monje Pedro Damián" (1007-1072), que completó sus estudios en Parma y fue cardenal y reformador en su época.
Benedicto XVI afirmó que quienes realizan estudios universitarios "deben ser sensibles al patrimonio espiritual de san Pedro Damián": "la feliz síntesis entre la vida eremita y la actividad eclesial, la tensión armoniosa entre los dos aspectos fundamentales de la existencia humana: la soledad y la comunión".
"Las nuevas generaciones -dijo- están hoy expuestas a un doble riesgo, debido sobre todo a la difusión de las nuevas tecnologías informáticas: por una parte, el peligro de una reducción cada vez mayor de la capacidad de concentración y de aplicación mental en el plano personal; por otra, el de aislarse individualmente en una realidad cada vez más virtual. De este modo, la dimensión social se resquebraja en miles de fragmentos, y la personal tiende a evitar relaciones constructivas con los demás".
Tras recordar que san Pedro Damián "fue uno de los grandes "reformadores" de la Iglesia después del año 1000", el Papa subrayó que "toda reforma auténtica debe ser sobre todo espiritual y moral, es decir, debe partir de las conciencias. (…) Si queremos que un ambiente humano mejore en calidad y eficiencia, antes que nada es necesario que cada uno comience con reformarse, corrigiendo lo que puede dañar al bien común u obstaculizarlo en cualquier modo".
"El fin de la obra reformadora de san Pedro Damián y de sus contemporáneos -continuó- era que la Iglesia fuese más libre, sobre todo en el ámbito espiritual, pero también en el histórico. Análogamente, la validez de una reforma de la universidad tiene que tener como respuesta su libertad: libertad de enseñanza, de investigación, de institución académica en relación con los poderes económicos y políticos. Esto no significa aislamiento de la universidad con respecto a la sociedad, ni mucho menos la prosecución de intereses privados aprovechando recursos públicos. (…) Es realmente libre, según el Evangelio y la tradición de la Iglesia, la persona, comunidad o institución que responde plenamente a la propia naturaleza y al propio fin".
AC/…/UNIVERSIDAD PARMA VIS 20081201 (390)
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