CIUDAD DEL VATICANO, 6 JUL 2008 (VIS).-Después del rezo del Angelus, el Papa recordó que mañana, 7 de julio, los Jefes de Estado de los países miembros del G8, junto con otros líderes del mundo, se reunirán en Japón para su cumbre anual.
"En estos días -dijo- se han elevado numerosas voces -entre ellas las de los presidentes de las Conferencias Episcopales de las naciones citadas- para pedir que se realicen los compromisos asumidos en las precedentes reuniones del G8 y se adopten valientemente todas las medidas necesarias para vencer el flagelo de la pobreza extrema, del hambre, de las enfermedades, del analfabetismo, que afligen aún a gran parte de la humanidad".
"¡Me uno yo también -continuó- a este urgente llamamiento a la solidaridad! Me dirijo por tanto a los participantes en el encuentro de Hokkaido-Toyako, para que en el centro de sus deliberaciones pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y más pobres, cuya vulnerabilidad ha crecido a causa de las especulaciones y de las turbulencias financieras y de sus efectos perversos sobre los precios de los alimentos y de la energía. Espero -concluyó- que la generosidad y la clarividencia ayuden a tomar decisiones para relanzar un proceso equitativo de desarrollo integral y salvaguardar la dignidad humana".
Dirigiéndose a un grupo de niños y a sus acompañantes, que participan en el "Festival Internacional de los Niños Artistas 2008" organizado por la "Soong Ching Ling Foundation of Italy", el Santo Padre afirmó: "El amor, la concordia, la armonía y la solidaridad son los valores que queréis promover en China y en los demás países del mundo. El arte y la cultura pueden unir a los pueblos: los niños representan el futuro de la familia humana y están, por tanto, llamados a construir un mundo más hermoso y más humano. Vuestra presencia me permite enviar un augurio de paz y alegría a todos vuestros coetáneos en China y en el mundo".
ANG/G8:NIÑOS/... VIS 20080707 (330)
"En estos días -dijo- se han elevado numerosas voces -entre ellas las de los presidentes de las Conferencias Episcopales de las naciones citadas- para pedir que se realicen los compromisos asumidos en las precedentes reuniones del G8 y se adopten valientemente todas las medidas necesarias para vencer el flagelo de la pobreza extrema, del hambre, de las enfermedades, del analfabetismo, que afligen aún a gran parte de la humanidad".
"¡Me uno yo también -continuó- a este urgente llamamiento a la solidaridad! Me dirijo por tanto a los participantes en el encuentro de Hokkaido-Toyako, para que en el centro de sus deliberaciones pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y más pobres, cuya vulnerabilidad ha crecido a causa de las especulaciones y de las turbulencias financieras y de sus efectos perversos sobre los precios de los alimentos y de la energía. Espero -concluyó- que la generosidad y la clarividencia ayuden a tomar decisiones para relanzar un proceso equitativo de desarrollo integral y salvaguardar la dignidad humana".
Dirigiéndose a un grupo de niños y a sus acompañantes, que participan en el "Festival Internacional de los Niños Artistas 2008" organizado por la "Soong Ching Ling Foundation of Italy", el Santo Padre afirmó: "El amor, la concordia, la armonía y la solidaridad son los valores que queréis promover en China y en los demás países del mundo. El arte y la cultura pueden unir a los pueblos: los niños representan el futuro de la familia humana y están, por tanto, llamados a construir un mundo más hermoso y más humano. Vuestra presencia me permite enviar un augurio de paz y alegría a todos vuestros coetáneos en China y en el mundo".
ANG/G8:NIÑOS/... VIS 20080707 (330)
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