CIUDAD DEL VATICANO, 21 ENE 2008 (VIS).-El Papa recibió esta mañana a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación para la Educación Católica, a quienes dijo que "es muy oportuno en nuestro tiempo reflexionar sobre cómo hacer actual y eficaz la labor apostólica de la comunidad eclesial, confiada a las Universidades católicas y de manera especial a las facultades eclesiásticas".
El Santo Padre se refirió a la reforma de los estudios eclesiásticos de filosofía, "en la que se hará hincapié en la dimensión metafísica y sapiencial de la filosofía" y a la utilidad de "valorar la oportunidad de una reforma de la Constitución apostólica "Sapientia christiana" (1979), "la "magna charta" de las facultades eclesiásticas y base para formular los criterios de valoración de la calidad de estas instituciones, requerida por el Proceso de Bolonia, del que la Santa Sede es miembro desde 2003".
"Las disciplinas eclesiásticas, sobre todo la teología -continuó-, están hoy sometidas a nuevos interrogantes, en un mundo tentado, por una parte, por el racionalismo, que sigue una racionalidad falsamente libre y desvinculada de toda referencia religiosa, y por otra, por los fundamentalismos, que falsifican la verdadera esencia de la religión con su incitamiento a la violencia y al fanatismo".
Benedicto XVI subrayó que frente a la crisis educativa, "la escuela tiene que interrogarse sobre la misión que debe cumplir en el actual contexto social. (...) La escuela católica, aun estando abierta a todos y respetando la identidad de cada uno, no puede dejar de proponer su propia perspectiva educativa, humana y cristiana". En este sentido, debe afrontar "un nuevo desafío: el del encuentro de las religiones y de las culturas en la búsqueda común de la verdad". Esto significa, por un lado, dijo, "no excluir a nadie en nombre de su pertenencia cultural o religiosa" y por otra, "no quedarse en la pura constatación" de esta diversidad cultural y religiosa.
Refiriéndose a otro tema de estudio de la plenaria, el de la reforma de la "Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis" para los seminarios, fechado en 1970, y actualizado en 1985, el Papa dijo que "tendrá que subrayar la importancia de una correcta unión entre las diferentes dimensiones de la formación sacerdotal en la perspectiva de la Iglesia-comunión, siguiendo las indicaciones del Concilio Vaticano II. (...) Además, la formación de los futuros sacerdotes, tendrá que ofrecer orientaciones útiles para dialogar con las culturas contemporáneas".
"La formación humana y cultural debe ser reforzada y sostenida también con la ayuda de las ciencias modernas -añadió-, ya que algunos factores sociales desestabilizadores presentes hoy en el mundo (como la condición de tantas familias separadas, la crisis educativa, una violencia difusa) hacen frágiles a las nuevas generaciones".
El Papa concluyó poniendo de relieve que "también es necesaria una adecuada formación a la vida espiritual, para que las comunidades cristianas, en particular las parroquias, sean cada vez más conscientes de su vocación y capaces de responder adecuadamente a la sed de espiritualidad, especialmente de los jóvenes. Esto requiere que no falten en la Iglesia apóstoles y evangelizadores capacitados y responsables".
AC/EDUCACION/... VIS 20080121 (500)
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