CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAY 2007 (VIS).-Antes de regresar a las 17,30 al Vaticano, el Papa recibió al mediodía en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo a los prelados de la Conferencia Episcopal de Mali, con motivo de su visita "ad limina".
El Papa pidió a los obispos que fueran "pastores ardientes que guían al pueblo de Dios como hombres de fe, con confianza y valentía, sabiendo estar cerca de todos, para suscitar la esperanza, también en las situaciones más difíciles".
Tras poner de relieve que los sacerdotes "cooperan generosamente en la misión apostólica y a menudo viven situaciones humanas y espirituales difíciles", el Santo Padre afirmó que "es necesario que los presbíteros vivan su identidad sacerdotal y se entreguen totalmente al Señor, para el servicio desinteresado de sus hermanos, sin desanimarse ante las dificultades que deben afrontar".
Benedicto XVI subrayó que la vida contemplativa y sacramental "es una auténtica prioridad pastoral, que ayudará a los sacerdotes a responder con determinación a la llamada a la santidad recibida del Señor y a la misión de guiar a los fieles por este mismo camino".
Refiriéndose a los candidatos al sacerdocio, el Papa recordó la importancia de la formación humana, "que es la base de la formación sacerdotal". En este contexto, señaló que "una atención particular a su madurez afectiva les permitirá responder libremente a la vida en el celibato y en la castidad, dones preciosos de Dios, y a tener una conciencia sólidamente estable a lo largo de su existencia".
"El compromiso de los fieles al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz -continuó- es un imperativo urgente. Los laicos tienen que tomar una conciencia renovada de su misión particular en el seno la única misión de la Iglesia y de las exigencias espirituales que conllevan para su propia vida".
El Papa hizo hincapié en la importancia de formar "laicos competentes para servir al bien común. La formación, cuyo conocimiento de la doctrina social de la Iglesia es un elemento esencial, debe tener en cuenta su compromiso en la vida civil, para que sean capaces de afrontar los desafíos cotidianos en los campos políticos, económicos, sociales y culturales".
El Santo Padre recordó el servicio que las comunidades religiosas y los laicos comprometidos prestan a la Iglesia a través de "las obras educativas en favor de las jóvenes generaciones, su atención a las personas que sufren y en general, por sus obras caritativas".
Hablando de la preocupación de los obispos por la pastoral matrimonial, Benedicto XVI afirmó que "para responder al temor expresado muchas veces ante el carácter definitivo del matrimonio, una sólida preparación, con la colaboración de los laicos y de expertos, permitirá a las parejas cristianas ser fieles a las promesas del matrimonio".
El Papa manifestó su satisfacción por las relaciones cordiales entre los fieles católicos de Mali y sus compatriotas musulmanes. "Es legítimo -terminó- que la identidad propia de cada comunidad se exprese visiblemente, en el respeto mutuo, reconociendo la diversidad religiosa de la comunidad nacional y favoreciendo una coexistencia pacífica en todos los niveles de la sociedad. De este modo es posible caminar juntos, comprometiéndose en la justicia, la concordia y la paz".
AL/.../MALI VIS 20070518 (520)
El Papa pidió a los obispos que fueran "pastores ardientes que guían al pueblo de Dios como hombres de fe, con confianza y valentía, sabiendo estar cerca de todos, para suscitar la esperanza, también en las situaciones más difíciles".
Tras poner de relieve que los sacerdotes "cooperan generosamente en la misión apostólica y a menudo viven situaciones humanas y espirituales difíciles", el Santo Padre afirmó que "es necesario que los presbíteros vivan su identidad sacerdotal y se entreguen totalmente al Señor, para el servicio desinteresado de sus hermanos, sin desanimarse ante las dificultades que deben afrontar".
Benedicto XVI subrayó que la vida contemplativa y sacramental "es una auténtica prioridad pastoral, que ayudará a los sacerdotes a responder con determinación a la llamada a la santidad recibida del Señor y a la misión de guiar a los fieles por este mismo camino".
Refiriéndose a los candidatos al sacerdocio, el Papa recordó la importancia de la formación humana, "que es la base de la formación sacerdotal". En este contexto, señaló que "una atención particular a su madurez afectiva les permitirá responder libremente a la vida en el celibato y en la castidad, dones preciosos de Dios, y a tener una conciencia sólidamente estable a lo largo de su existencia".
"El compromiso de los fieles al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz -continuó- es un imperativo urgente. Los laicos tienen que tomar una conciencia renovada de su misión particular en el seno la única misión de la Iglesia y de las exigencias espirituales que conllevan para su propia vida".
El Papa hizo hincapié en la importancia de formar "laicos competentes para servir al bien común. La formación, cuyo conocimiento de la doctrina social de la Iglesia es un elemento esencial, debe tener en cuenta su compromiso en la vida civil, para que sean capaces de afrontar los desafíos cotidianos en los campos políticos, económicos, sociales y culturales".
El Santo Padre recordó el servicio que las comunidades religiosas y los laicos comprometidos prestan a la Iglesia a través de "las obras educativas en favor de las jóvenes generaciones, su atención a las personas que sufren y en general, por sus obras caritativas".
Hablando de la preocupación de los obispos por la pastoral matrimonial, Benedicto XVI afirmó que "para responder al temor expresado muchas veces ante el carácter definitivo del matrimonio, una sólida preparación, con la colaboración de los laicos y de expertos, permitirá a las parejas cristianas ser fieles a las promesas del matrimonio".
El Papa manifestó su satisfacción por las relaciones cordiales entre los fieles católicos de Mali y sus compatriotas musulmanes. "Es legítimo -terminó- que la identidad propia de cada comunidad se exprese visiblemente, en el respeto mutuo, reconociendo la diversidad religiosa de la comunidad nacional y favoreciendo una coexistencia pacífica en todos los niveles de la sociedad. De este modo es posible caminar juntos, comprometiéndose en la justicia, la concordia y la paz".
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