CIUDAD DEL VATICANO, 4 MAY 2007 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en el Vaticano a los prelados de la Conferencia Episcopal Internacional de los Santos Cirilo y Metodio, con sede en Belgrado y que agrupa a los católicos de rito latino y bizantino de Macedonia, Montenegro y Serbia con Kosovo.
El Papa saludó a los obispos recordándoles que venían "de países diversos, con etnias, culturas y lenguas diferentes, pero cuyas comunidades eclesiales se acomunan en la misma fe en el Cristo resucitado que nos han transmitido los apóstoles".
"Los diversos países y contextos sociales y religiosos en que se sitúan vuestros fieles -prosiguió- comportan no pocas repercusiones en su vida cristiana", como "el matrimonio entre cónyuges de religión o confesión distinta, que exige (....) una atención espiritual especial y una cooperación mas armoniosa con las otras iglesias cristianas", o "la educación religiosa de las nuevas generaciones" y "la formación de los sacros ministros y su acompañamiento espiritual en un contexto pluriconfesional".
"Es necesario ayudar a los seminaristas a (...) cultivar una relación íntima con Jesús si quieren cumplir plenamente su misión y no considerarse simples "funcionarios" de una organización eclesiástica. El sacerdote está totalmente al servicio de la Iglesia, organismo vivo y espiritual cuya energía no procede de elementos nacionalistas, étnicos o políticos, sino de la acción de Cristo presente en sus ministros".
Benedicto XVI subrayó que "el Señor quiso que su Iglesia estuviera abierta a todos" y que "en el curso de los siglos, la Tradición ha mantenido inalterable su carácter universal mientras se propagaba y entraba en contacto con lenguas, razas, nacionalidades y culturas diferentes".
Refiriéndose a la dificultad de la misión de los prelados de esta conferencia episcopal, el Papa les animó a ser "levadura evangélica que fermenta la sociedad" y a implicar en su tarea a "cada uno de los miembros del Pueblo de Dios, utilizando todos los medios de formación cristiana disponibles, puestos a punto en los diversos idiomas de la población", convencidos de que "una acción pastoral compartida de esa forma redundará también beneficiosamente en el ámbito civil".
El Santo Padre advirtió que "una modernidad mal entendida, tiende hoy a exaltar los derechos del individuo menoscabando sus deberes con Dios y con la comunidad a la que pertenece"; por eso, "es importante resaltar la adecuada concepción de la responsabilidad civil y pública", porque en ella se basan "el respeto de los derechos de todos y la integración convencida de la cultura propia con las demás".
"La Providencia ha puesto a vuestros pueblos en el contexto de un continente europeo en transformación. Es un proceso histórico del que las Iglesias se sienten partícipes", pero "no faltan los obstáculos", como "la escasez de medios debido a la situación económica y la exigüidad de las fuerzas católicas". Tampoco es fácil "olvidar la gravosa herencia de más de cuarenta años de pensamiento único que han causado comportamientos sociales poco favorables a la libertad y la responsabilidad personal y al mismo tiempo es difícil resistir a las tentaciones del materialismo occidental".
"¡No os desaniméis!", concluyó el Santo Padre, recordando también a los prelados que el Señor les había puesto "en estrecho contacto con nuestros hermanos ortodoxos: como miembros de un Cuerpo único, buscad toda colaboración posible al servicio del único Reino de Dios. ¡Que no falte la disponibilidad a colaborar también con otras confesiones cristianas y con toda persona de buena voluntad para promover cuanto sea útil para la difusión del Evangelio".
AL/.../CONFERENCIA CIRILO Y METODIO VIS 20070504 (580)
El Papa saludó a los obispos recordándoles que venían "de países diversos, con etnias, culturas y lenguas diferentes, pero cuyas comunidades eclesiales se acomunan en la misma fe en el Cristo resucitado que nos han transmitido los apóstoles".
"Los diversos países y contextos sociales y religiosos en que se sitúan vuestros fieles -prosiguió- comportan no pocas repercusiones en su vida cristiana", como "el matrimonio entre cónyuges de religión o confesión distinta, que exige (....) una atención espiritual especial y una cooperación mas armoniosa con las otras iglesias cristianas", o "la educación religiosa de las nuevas generaciones" y "la formación de los sacros ministros y su acompañamiento espiritual en un contexto pluriconfesional".
"Es necesario ayudar a los seminaristas a (...) cultivar una relación íntima con Jesús si quieren cumplir plenamente su misión y no considerarse simples "funcionarios" de una organización eclesiástica. El sacerdote está totalmente al servicio de la Iglesia, organismo vivo y espiritual cuya energía no procede de elementos nacionalistas, étnicos o políticos, sino de la acción de Cristo presente en sus ministros".
Benedicto XVI subrayó que "el Señor quiso que su Iglesia estuviera abierta a todos" y que "en el curso de los siglos, la Tradición ha mantenido inalterable su carácter universal mientras se propagaba y entraba en contacto con lenguas, razas, nacionalidades y culturas diferentes".
Refiriéndose a la dificultad de la misión de los prelados de esta conferencia episcopal, el Papa les animó a ser "levadura evangélica que fermenta la sociedad" y a implicar en su tarea a "cada uno de los miembros del Pueblo de Dios, utilizando todos los medios de formación cristiana disponibles, puestos a punto en los diversos idiomas de la población", convencidos de que "una acción pastoral compartida de esa forma redundará también beneficiosamente en el ámbito civil".
El Santo Padre advirtió que "una modernidad mal entendida, tiende hoy a exaltar los derechos del individuo menoscabando sus deberes con Dios y con la comunidad a la que pertenece"; por eso, "es importante resaltar la adecuada concepción de la responsabilidad civil y pública", porque en ella se basan "el respeto de los derechos de todos y la integración convencida de la cultura propia con las demás".
"La Providencia ha puesto a vuestros pueblos en el contexto de un continente europeo en transformación. Es un proceso histórico del que las Iglesias se sienten partícipes", pero "no faltan los obstáculos", como "la escasez de medios debido a la situación económica y la exigüidad de las fuerzas católicas". Tampoco es fácil "olvidar la gravosa herencia de más de cuarenta años de pensamiento único que han causado comportamientos sociales poco favorables a la libertad y la responsabilidad personal y al mismo tiempo es difícil resistir a las tentaciones del materialismo occidental".
"¡No os desaniméis!", concluyó el Santo Padre, recordando también a los prelados que el Señor les había puesto "en estrecho contacto con nuestros hermanos ortodoxos: como miembros de un Cuerpo único, buscad toda colaboración posible al servicio del único Reino de Dios. ¡Que no falte la disponibilidad a colaborar también con otras confesiones cristianas y con toda persona de buena voluntad para promover cuanto sea útil para la difusión del Evangelio".
AL/.../CONFERENCIA CIRILO Y METODIO VIS 20070504 (580)
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