CIUDAD DEL VATICANO, 3 MAR 2007 (VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, intervino ayer en la 51 sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer.
La sesión está abordando el seguimiento de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer y de la 23 sesión especial de la Asamblea General titulada "Mujeres 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI ": Puesta en práctica de objetivos estratégicos y acciones en los ámbitos de interés concreto y acciones e iniciativas posteriores: eliminación de toda forma de discriminación y violencia contra las niñas".
El arzobispo constató que cada día "se cometen e incluso se toleran en muchos campos violaciones de los derechos de mujeres, adolescentes, y niñas" y que la tasa más alta de "la prostitución infantil, la explotación sexual, el abuso, la violencia doméstica, el trabajo infantil y el tráfico de seres humanos" corresponde a las mujeres.
"Los malos tratos a las mujeres son en muchos lugares una añosa realidad y repugna el desprecio por la edad y la fragilidad de las jóvenes", subrayó el nuncio, y explicó que este estado de cosas se debe ante todo a la "convicción en algunos lugares de la inferioridad de las mujeres y en particular de las niñas, (...) que se consideran una carga económica y se suprimen aún antes de nacer". "Incluso aquellas a las que se deja vivir -prosiguió- a veces son vistas como una propiedad de la que desprenderse lo antes posible". Asimismo, "en algunas ocasiones, la institución matrimonial se utiliza como una tapadera segura de la explotación sexual y de la esclavitud, utilizando métodos como los de "novias por correo" o "esposas a tiempo determinado".
"Para acabar con la violación de los derechos humanos de las mujeres y con el tráfico de mujeres y niñas -subrayó el nuncio- no basta hablar con sensacionalismo de su grave y trágica situación, sino más bien constatar que el mercado existe porque hay una demanda que hace ese tráfico posible y provechoso", y dado que "las razones en las que se apoya esta violencia son sobre todo prejuicios culturales", el arzobispo planteó la cuestión de cuál sería el organismo encargado de superar esa situación.
"La cuestión atañe claramente a los derechos humanos -dijo- y (...) no se debe limitar la complejidad del tráfico de seres humanos a unas pocas leyes o costumbres sociales, a la construcción de refugios aquí y allí y a la reinserción social de las mujeres afectadas. (...) La sensibilización es una de los medios más sencillos y efectivos para combatir este fenómeno a nivel nacional. Las aldeas donde la búsqueda de empleo obliga a las muchachas a emigrar tienen que saber afrontar comunitariamente los peligros a los que se exponen sus jóvenes. Ya existen organizaciones que pueden ayudar a las comunidades en este sentido y los políticos deben dar cuenta de sus programas respecto a esta cuestión."
"La promoción de la mujer -concluyó -se conseguirá no solamente con la reivindicación legítima de sus derechos, sino también a través de la nueva estima de los valores femeninos por parte de nuestras sociedades".
DELSS/PROMOCION MUJER/MIGLIORE VIS 20070305 (530)
La sesión está abordando el seguimiento de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer y de la 23 sesión especial de la Asamblea General titulada "Mujeres 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI ": Puesta en práctica de objetivos estratégicos y acciones en los ámbitos de interés concreto y acciones e iniciativas posteriores: eliminación de toda forma de discriminación y violencia contra las niñas".
El arzobispo constató que cada día "se cometen e incluso se toleran en muchos campos violaciones de los derechos de mujeres, adolescentes, y niñas" y que la tasa más alta de "la prostitución infantil, la explotación sexual, el abuso, la violencia doméstica, el trabajo infantil y el tráfico de seres humanos" corresponde a las mujeres.
"Los malos tratos a las mujeres son en muchos lugares una añosa realidad y repugna el desprecio por la edad y la fragilidad de las jóvenes", subrayó el nuncio, y explicó que este estado de cosas se debe ante todo a la "convicción en algunos lugares de la inferioridad de las mujeres y en particular de las niñas, (...) que se consideran una carga económica y se suprimen aún antes de nacer". "Incluso aquellas a las que se deja vivir -prosiguió- a veces son vistas como una propiedad de la que desprenderse lo antes posible". Asimismo, "en algunas ocasiones, la institución matrimonial se utiliza como una tapadera segura de la explotación sexual y de la esclavitud, utilizando métodos como los de "novias por correo" o "esposas a tiempo determinado".
"Para acabar con la violación de los derechos humanos de las mujeres y con el tráfico de mujeres y niñas -subrayó el nuncio- no basta hablar con sensacionalismo de su grave y trágica situación, sino más bien constatar que el mercado existe porque hay una demanda que hace ese tráfico posible y provechoso", y dado que "las razones en las que se apoya esta violencia son sobre todo prejuicios culturales", el arzobispo planteó la cuestión de cuál sería el organismo encargado de superar esa situación.
"La cuestión atañe claramente a los derechos humanos -dijo- y (...) no se debe limitar la complejidad del tráfico de seres humanos a unas pocas leyes o costumbres sociales, a la construcción de refugios aquí y allí y a la reinserción social de las mujeres afectadas. (...) La sensibilización es una de los medios más sencillos y efectivos para combatir este fenómeno a nivel nacional. Las aldeas donde la búsqueda de empleo obliga a las muchachas a emigrar tienen que saber afrontar comunitariamente los peligros a los que se exponen sus jóvenes. Ya existen organizaciones que pueden ayudar a las comunidades en este sentido y los políticos deben dar cuenta de sus programas respecto a esta cuestión."
"La promoción de la mujer -concluyó -se conseguirá no solamente con la reivindicación legítima de sus derechos, sino también a través de la nueva estima de los valores femeninos por parte de nuestras sociedades".
DELSS/PROMOCION MUJER/MIGLIORE VIS 20070305 (530)
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