CIUDAD DEL VATICANO, 1 FEB 2007 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a una delegación de la "Fundación para la Investigación y el Diálogo Interreligioso e Intercultural", presidida por el arzobispo Damaskinos, metropolitano de Andrinopla. De la delegación formaba parte Su Alteza Real el príncipe Hassan de Jordania.
En su discurso el Papa, que fue uno de los miembros fundadores de esa institución, dio las gracias al metropolitano por el regalo del primer fruto de sus trabajos: la edición conjunta, en lengua original y en orden cronológico, de los tres libros sagrados de las tres religiones monoteístas. "Era el primer proyecto en que pensamos -dijo- para aportar una contribución específica y positiva al diálogo entre las culturas y entre las religiones ".
"Judíos, cristianos y musulmanes -prosiguió- estamos llamados a reconocer y a desarrollar los lazos que nos unen. De ahí la idea que nos llevó a crear esta fundación, cuyo objetivo es encontrar "el mensaje más esencial y más auténtico que las tres religiones monoteístas, a saber judaísmo, cristianismo e Islam, pueden comunicar al mundo del siglo XXI", con el fin de dar un nuevo impulso al diálogo interreligioso e intercultural, mediante la búsqueda común y la difusión de aquello que en nuestros patrimonios espirituales respectivos contribuye a reforzar los lazos fraternales entre nuestras comunidades de creyentes".
"La relectura y, para algunos, el descubrimiento de los textos que son sagrados para tantas personas -subrayó el Santo Padre- nos obligan al respeto mutuo, en el diálogo confiado. Los hombres de hoy esperan de nosotros un mensaje de concordia y de serenidad, y la manifestación concreta de nuestra voluntad común de ayudarles a realizar su aspiración legítima a vivir en la justicia y en la paz".
"Los trabajos de la Fundación contribuirán a una toma de conciencia cada vez más grande de todo aquello que, en las diferentes culturas de nuestro tiempo, es conforme a la sabiduría divina y sirve a la dignidad del hombre, para discernir mejor y para rechazar todo lo que es usurpación del nombre de Dios y desnaturalización de la humanidad del hombre".
"Nuestras respectivas tradiciones religiosas -concluyó Benedicto XVI- insisten en el carácter sagrado de la vida y en la dignidad de la persona humana. (...) Con todos los hombres de buena voluntad, aspiramos a la paz. Por eso, repito con insistencia: la búsqueda y el diálogo interreligioso e intercultural no son una opción, sino una necesidad vital para nuestro tiempo".
AC/DIALOGO INTERRELIGIOSO/HASSAN:DAMASKINOS VIS 20070201 (420)
En su discurso el Papa, que fue uno de los miembros fundadores de esa institución, dio las gracias al metropolitano por el regalo del primer fruto de sus trabajos: la edición conjunta, en lengua original y en orden cronológico, de los tres libros sagrados de las tres religiones monoteístas. "Era el primer proyecto en que pensamos -dijo- para aportar una contribución específica y positiva al diálogo entre las culturas y entre las religiones ".
"Judíos, cristianos y musulmanes -prosiguió- estamos llamados a reconocer y a desarrollar los lazos que nos unen. De ahí la idea que nos llevó a crear esta fundación, cuyo objetivo es encontrar "el mensaje más esencial y más auténtico que las tres religiones monoteístas, a saber judaísmo, cristianismo e Islam, pueden comunicar al mundo del siglo XXI", con el fin de dar un nuevo impulso al diálogo interreligioso e intercultural, mediante la búsqueda común y la difusión de aquello que en nuestros patrimonios espirituales respectivos contribuye a reforzar los lazos fraternales entre nuestras comunidades de creyentes".
"La relectura y, para algunos, el descubrimiento de los textos que son sagrados para tantas personas -subrayó el Santo Padre- nos obligan al respeto mutuo, en el diálogo confiado. Los hombres de hoy esperan de nosotros un mensaje de concordia y de serenidad, y la manifestación concreta de nuestra voluntad común de ayudarles a realizar su aspiración legítima a vivir en la justicia y en la paz".
"Los trabajos de la Fundación contribuirán a una toma de conciencia cada vez más grande de todo aquello que, en las diferentes culturas de nuestro tiempo, es conforme a la sabiduría divina y sirve a la dignidad del hombre, para discernir mejor y para rechazar todo lo que es usurpación del nombre de Dios y desnaturalización de la humanidad del hombre".
"Nuestras respectivas tradiciones religiosas -concluyó Benedicto XVI- insisten en el carácter sagrado de la vida y en la dignidad de la persona humana. (...) Con todos los hombres de buena voluntad, aspiramos a la paz. Por eso, repito con insistencia: la búsqueda y el diálogo interreligioso e intercultural no son una opción, sino una necesidad vital para nuestro tiempo".
AC/DIALOGO INTERRELIGIOSO/HASSAN:DAMASKINOS VIS 20070201 (420)
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