CIUDAD DEL VATICANO, 20 ENE 2007 (VIS).-El Papa recibió esta mañana las cartas credenciales del nuevo embajador de Rumania ante la Santa Sede, Marius Gabriel Lazurca.
Al inicio de su discurso, el Papa afirmó que la Santa Sede acogía con satisfacción el ingreso de Rumania en la Unión Europea. Tras poner de relieve la "larga tradición cristiana" de la nación, manifestó el deseo de que pueda aportar su "contribución original al edificio europeo, para que no sea únicamente una fuerza económica y un gran mercado de bienes de consumo, sino que reciba un nuevo impulso político, cultural y espiritual, capaz de construir un futuro prometedor para las nuevas generaciones".
"Desde hace años -continuó Benedicto XVI-, vuestro país está comprometido en una profunda labor de renovación de la sociedad, con el fin de curar las heridas del pasado y de permitir que todos gocen de las libertades fundamentales y se beneficien del progreso económico y social. (...) Es igualmente importante -aseguró- garantizar a todos el acceso equitativo a una justicia independiente y transparente". En este contexto, el Papa pidió también "una atención renovada a las familias más pobres, para que puedan educar a sus hijos con dignidad".
El Papa expresó su alegría por "los progresos realizados por el gobierno en la gestión delicada de la devolución de los bienes confiscados a las comunidades religiosas. (...) También espero -añadió- que las reglas que rigen la libertad religiosa, que es una libertad fundamental, sean plenamente respetadas, en especial las que conciernen a la Iglesia greco-católica".
Tras asegurar la disponibilidad de la Iglesia católica para estudiar con las autoridades competentes el modo de superar las dificultades que puedan surgir, Benedicto XVI expresó su "inquietud" por el proyecto de construir junto a la Catedral de San José de Bucarest un imponente edificio di 19 pisos. El arzobispo de Bucarest se ha dirigido a las autoridades competentes del Estado, dijo el Papa, "para que se preserve este patrimonio histórico y los valores de fe que representa, no sólo para la comunidad católica sino para toda la población rumana".
El Santo Padre saludó, trámite el embajador, a Su Beatitud Teoctist, patriarca ortodoxo de Rumania, y formuló votos para que "los fieles católicos y ortodoxos sigan entablando unas relaciones cada vez más fraternas en la vida cotidiana y progresen igualmente, en todos los niveles, las ocasiones de diálogo. Deseo en particular que el Encuentro ecuménico europeo, que se celebrará en septiembre en Sibiu, constituya una etapa importante en el camino emprendido juntos hacia la unidad".
Al enviar al final un saludo especial a la comunidad católica de Rumania, el Papa dijo: "Sé que los fieles católicos toman parte activa en la vida del país, especialmente en el ámbito espiritual y social, y les animo vivamente a dar testimonio con valentía del lugar insustituible que ocupa la familia en la sociedad".
CD/CREDENCIALES/RUMANIA:LAZURCA VIS 20070122 (480)
Al inicio de su discurso, el Papa afirmó que la Santa Sede acogía con satisfacción el ingreso de Rumania en la Unión Europea. Tras poner de relieve la "larga tradición cristiana" de la nación, manifestó el deseo de que pueda aportar su "contribución original al edificio europeo, para que no sea únicamente una fuerza económica y un gran mercado de bienes de consumo, sino que reciba un nuevo impulso político, cultural y espiritual, capaz de construir un futuro prometedor para las nuevas generaciones".
"Desde hace años -continuó Benedicto XVI-, vuestro país está comprometido en una profunda labor de renovación de la sociedad, con el fin de curar las heridas del pasado y de permitir que todos gocen de las libertades fundamentales y se beneficien del progreso económico y social. (...) Es igualmente importante -aseguró- garantizar a todos el acceso equitativo a una justicia independiente y transparente". En este contexto, el Papa pidió también "una atención renovada a las familias más pobres, para que puedan educar a sus hijos con dignidad".
El Papa expresó su alegría por "los progresos realizados por el gobierno en la gestión delicada de la devolución de los bienes confiscados a las comunidades religiosas. (...) También espero -añadió- que las reglas que rigen la libertad religiosa, que es una libertad fundamental, sean plenamente respetadas, en especial las que conciernen a la Iglesia greco-católica".
Tras asegurar la disponibilidad de la Iglesia católica para estudiar con las autoridades competentes el modo de superar las dificultades que puedan surgir, Benedicto XVI expresó su "inquietud" por el proyecto de construir junto a la Catedral de San José de Bucarest un imponente edificio di 19 pisos. El arzobispo de Bucarest se ha dirigido a las autoridades competentes del Estado, dijo el Papa, "para que se preserve este patrimonio histórico y los valores de fe que representa, no sólo para la comunidad católica sino para toda la población rumana".
El Santo Padre saludó, trámite el embajador, a Su Beatitud Teoctist, patriarca ortodoxo de Rumania, y formuló votos para que "los fieles católicos y ortodoxos sigan entablando unas relaciones cada vez más fraternas en la vida cotidiana y progresen igualmente, en todos los niveles, las ocasiones de diálogo. Deseo en particular que el Encuentro ecuménico europeo, que se celebrará en septiembre en Sibiu, constituya una etapa importante en el camino emprendido juntos hacia la unidad".
Al enviar al final un saludo especial a la comunidad católica de Rumania, el Papa dijo: "Sé que los fieles católicos toman parte activa en la vida del país, especialmente en el ámbito espiritual y social, y les animo vivamente a dar testimonio con valentía del lugar insustituible que ocupa la familia en la sociedad".
CD/CREDENCIALES/RUMANIA:LAZURCA VIS 20070122 (480)
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