CIUDAD DEL VATICANO, 3 NOV 2006 (VIS).-Benedicto XVI visitó esta mañana la Pontificia Universidad Gregoriana. Nada más llegar se dirigió a la Capilla, donde rezó unos minutos, y posteriormente se trasladó al cuadripórtico de la Universidad para encontrarse con los profesores, estudiantes y benefactores.
Tras el saludo del Rector, el padre Gianfranco Ghirlanda, del representante de los estudiantes, padre Bryan Lobo y del secretario general, Luigi Allena, el Papa pronunció un discurso.
Al inicio de su discurso, el Papa recordó que en 1972 fue invitado a dar un curso sobre la Santísima Eucaristía y recordó a los profesores y estudiantes que el estudio y la enseñanza "para que tengan sentido en relación con el Reino de Dios, deben estar sostenidas por las virtudes teologales. El objeto inmediato de la ciencia teológica, en sus distintas especificaciones, es Dios mismo, que se ha revelado en Jesucristo, Dios con un rostro humano".
El Santo Padre dijo que "hoy hay que tener en cuenta el desafío de la cultura secular, que en muchas partes del mondo tiende cada vez más, no solo a negar cada signo de la presencia de Dios en la vida de la sociedad y de la persona, sino que con diversos medios, que desorientan y ofuscan la recta conciencia del ser humano, trata de corroer su capacidad de escuchar a Dios".
Al mismo tiempo, continuo, "no se puede prescindir de la relación con las otras religiones, que sólo se revela constructivo si se evita toda ambigüedad que debilite el contenido esencial de la fe cristiana en Cristo único Salvador de todos los hombres y en la Iglesia, sacramento necesario de salvación para toda la humanidad".
Las otras ciencias humanas, como la psicología, las ciencias sociales y la comunicación, "precisamente porque conciernen al ser humano, no pueden prescindir de la referencia a Dios. El hombre, tanto en su interioridad como en su exterioridad, no puede ser plenamente comprendido si no se le reconoce abierto a la trascendencia".
"Privado de su referencia a Dios, el ser humano -dijo- no puede responder a los interrogantes fundamentales que agitan y agitarán siempre su corazón en lo concerniente al fin, y por tanto, al sentido de su existencia. En consecuencia, ni siquiera es posible incorporar en la sociedad aquellos valores éticos que por sí solos pueden permitir una convivencia digna del ser humano. El destino del ser humano sin su referencia a Dios no puede ser sino la desolación de la angustia que conduce a la desesperación. Solo con referencia al Dios-Amor, que se ha revelado en Jesucristo, el ser humano puede encontrar el sentido de su existencia y vivir en la esperanza, a pesar de la experiencia de los males que hieren su existencia personal y la sociedad en la que vive. La esperanza ayuda a que el hombre no se cierre en un nihilismo paralizador y estéril, sino que se abra al compromiso generoso en la sociedad en que vive para poderla mejorar".
Subrayando que la formación integral de los jóvenes es "uno de los apostolados tradicionales de la Compañía de Jesús", el Santo Padre recordó que estaban terminando la renovación de los Estatutos de la Universidad y de los Reglamentos Generales para "definir mejor la identidad de la Gregoriana, permitiendo la redacción de programas académicos más adecuados al cumplimiento de la misión que le es propia".
"Como Universidad eclesiástica pontificia -concluyó-, este Centro académico está comprometido en "sentire in Ecclesia et cum Ecclesia". Es un compromiso que nace del amor por la Iglesia, nuestra Madre y Esposa de Cristo".
Concluido el acto y antes de regresar al Vaticano, el Papa saludó en el Centro de Congresos "Matteo Ricci" a la comunidad religiosa de los jesuitas.
BXVI-VISITA/UNIVERSIDAD GREGORIANA/GHIRLANDA VIS 20061103 (620)
Tras el saludo del Rector, el padre Gianfranco Ghirlanda, del representante de los estudiantes, padre Bryan Lobo y del secretario general, Luigi Allena, el Papa pronunció un discurso.
Al inicio de su discurso, el Papa recordó que en 1972 fue invitado a dar un curso sobre la Santísima Eucaristía y recordó a los profesores y estudiantes que el estudio y la enseñanza "para que tengan sentido en relación con el Reino de Dios, deben estar sostenidas por las virtudes teologales. El objeto inmediato de la ciencia teológica, en sus distintas especificaciones, es Dios mismo, que se ha revelado en Jesucristo, Dios con un rostro humano".
El Santo Padre dijo que "hoy hay que tener en cuenta el desafío de la cultura secular, que en muchas partes del mondo tiende cada vez más, no solo a negar cada signo de la presencia de Dios en la vida de la sociedad y de la persona, sino que con diversos medios, que desorientan y ofuscan la recta conciencia del ser humano, trata de corroer su capacidad de escuchar a Dios".
Al mismo tiempo, continuo, "no se puede prescindir de la relación con las otras religiones, que sólo se revela constructivo si se evita toda ambigüedad que debilite el contenido esencial de la fe cristiana en Cristo único Salvador de todos los hombres y en la Iglesia, sacramento necesario de salvación para toda la humanidad".
Las otras ciencias humanas, como la psicología, las ciencias sociales y la comunicación, "precisamente porque conciernen al ser humano, no pueden prescindir de la referencia a Dios. El hombre, tanto en su interioridad como en su exterioridad, no puede ser plenamente comprendido si no se le reconoce abierto a la trascendencia".
"Privado de su referencia a Dios, el ser humano -dijo- no puede responder a los interrogantes fundamentales que agitan y agitarán siempre su corazón en lo concerniente al fin, y por tanto, al sentido de su existencia. En consecuencia, ni siquiera es posible incorporar en la sociedad aquellos valores éticos que por sí solos pueden permitir una convivencia digna del ser humano. El destino del ser humano sin su referencia a Dios no puede ser sino la desolación de la angustia que conduce a la desesperación. Solo con referencia al Dios-Amor, que se ha revelado en Jesucristo, el ser humano puede encontrar el sentido de su existencia y vivir en la esperanza, a pesar de la experiencia de los males que hieren su existencia personal y la sociedad en la que vive. La esperanza ayuda a que el hombre no se cierre en un nihilismo paralizador y estéril, sino que se abra al compromiso generoso en la sociedad en que vive para poderla mejorar".
Subrayando que la formación integral de los jóvenes es "uno de los apostolados tradicionales de la Compañía de Jesús", el Santo Padre recordó que estaban terminando la renovación de los Estatutos de la Universidad y de los Reglamentos Generales para "definir mejor la identidad de la Gregoriana, permitiendo la redacción de programas académicos más adecuados al cumplimiento de la misión que le es propia".
"Como Universidad eclesiástica pontificia -concluyó-, este Centro académico está comprometido en "sentire in Ecclesia et cum Ecclesia". Es un compromiso que nace del amor por la Iglesia, nuestra Madre y Esposa de Cristo".
Concluido el acto y antes de regresar al Vaticano, el Papa saludó en el Centro de Congresos "Matteo Ricci" a la comunidad religiosa de los jesuitas.
BXVI-VISITA/UNIVERSIDAD GREGORIANA/GHIRLANDA VIS 20061103 (620)
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