CIUDAD DEL VATICANO, 29 SEP 2006 (VIS).-El cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, recibió este mediodía en la Sala Ducal, en el Vaticano, a los miembros del cuerpo diplomático ante la Santa Sede.
En su primer encuentro con los diplomáticos, el cardenal Bertone agradeció las muestras de simpatía y los mensajes que ha recibido con motivo de su nombramiento el pasado 15 de septiembre.
El purpurado aseguró que el mundo espera que los diplomáticos sean "artesanos de paz, hombres de derecho, de la razón, del diálogo sincero, y que se comprometan en un impulso renovado de solidaridad entre todos los pueblos, especialmente para replantearse la cuestión de la deuda de los países más pobres, para que las personas, especialmente los niños, no mueran de hambre o de enfermedades endémicas, para que jamás las personas sean víctimas inocentes de guerras o de conflictos locales, ni sean maltratadas por sus convicciones o sus creencias".
"Nuestras preocupaciones principales -continuó- deben ser la dignidad, la libertad y el respeto incondicional de todo ser humano en sus derechos fundamentales, en particular su libertad de conciencia y de religión".
Como diplomáticos, dijo el cardenal Bertone, "sois especialmente sensibles" a estos temas. "Pienso en modo especial en la violencia, en todas sus formas, contra las mujeres, los niños nacidos o que están por nacer. La defensa de la vida, desde su concepción hasta su fin natural, así como la defensa de la familia fundada en el matrimonio, son también temas esenciales en la vida social".
El cardenal citó los ámbitos donde es mayor "la dificultad del ligamen entre el aspecto profético y las necesidades concretas de la vida, que una ética humana debe tener también en consideración, especialmente en un contexto de violencia, particular y organizada, caracterizada además por la pluralidad de opiniones en contraste".
Ámbitos que abarcan "la defensa social para garantizar el orden objetivo y (...) los derechos humanos; la condena de la guerra, en el plano ético, y su exclusión como medio para resolver desacuerdos eventuales entre los Estados; la seguridad, que privilegia los componentes no militares y refuerza, en cambio, las estructuras políticas, económicas y sociales; el desarme, que debe comprender todos los tipos de armas, y ser general, incluyendo el objetivo del "desarme unilateral", que reviste un gran valor ético y positivo".
"Sobre estos temas -subrayó el purpurado- no cesará jamás la búsqueda de los intelectuales y la reflexión de los organismos de la Iglesia y de las comunidades cristianas".
"Los documentos de la Santa Sede, y sobre todo los del Magisterio de los Papas de la postguerra -concluyó el secretario de Estado- no son textos sobre los cuales se puede pasar rápidamente o, lo que es peor, ignorar. Son textos que hay que leer y meditar atentamente para que las ideas puedan traducirse en acciones prácticas, y para que las personas reconozcan la fuerza y la actualidad del mensaje cristiano, (...) por el cual los cristianos de nuestros días actúan en favor de la paz, para todos los seres humanos".
SS/PAZ:DERECHOS HUMANOS/BERTONE VIS 20060929 (500)
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