CIUDAD DEL VATICANO, 21 JUN 2006 (VIS).-Santiago el Mayor fue el protagonista de la catequesis de Benedicto XVI en la audiencia general de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro y a la que asistieron 30.000 personas.
"Santiago el Mayor -dijo el Papa- es uno de los tres discípulos privilegiados que participan de cerca en momentos importantes de la vida de Jesús", como en la transfiguración sobre el monte Tabor o en la agonía en el huerto de Getsemaní. El apóstol "gozó de gran autoridad dentro de la primitiva iglesia de Jerusalén de la que tuvo también la responsabilidad temporal junto a Pedro".
"Hijo del trueno", el apodo que le da Jesús, probablemente corresponde "a su carácter impetuoso", demostrado entre otras ocasiones cuando pidió a Cristo que el fuego devorase una aldea de Samaria que no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. Su reacción, explicó Benedicto XVI, "manifestaba seguramente el amor por Jesús, y quizá también la enemistad tradicional entre judíos y samaritanos, pero Jesús no ama la violencia", por eso reprueba su comportamiento.
Dos experiencias importantes en la vida del apóstol son la transfiguración y la agonía de Jesús. "En un caso, Santiago, con otros dos apóstoles -observó el Santo Padre-, experimenta la gloria y el éxtasis; en el otro, se encuentra con el sufrimiento y la humillación" y esto le sirve "para corregir la interpretación (...) de que el Mesías esperado por el pueblo judío como un triunfador, no estaba rodeado solamente de honor y gloria, sino también de desdichas y debilidades".
"Santiago maduró gradualmente su propia fe descubriendo poco a poco la verdadera identidad mesiánica del Maestro". Después de Pentecostés, "una tradición nos habla de su evangelización en España, así como del traslado de su cuerpo a la ciudad de Santiago de Compostela, que desde entonces es meta de peregrinaciones".
"De Santiago podemos aprender muchas cosas -subrayó el Papa-, la prontitud en responder a la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos "la barca" de nuestra seguridad humana; el entusiasmo en seguirlo por los caminos que nos indica, fuera de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía, si es necesario hasta el sacrificio supremo de la propia vida".
Santiago, "que quería sentarse con su hermano junto al Maestro en su Reino, fue el primer apóstol que compartió su martirio", cuando durante los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa "prendió algunos miembros de la Iglesia" y "dio muerte por la espada a Santiago, el hermano de Juan".
Finalizada la audiencia, Benedicto XVI se trasladó a una sala del Aula Pablo VI, donde recibió el título de ciudadano honorario de la ciudad alemana de Regensburg.
AG/SANTIAGO EL MAYOR/... VIS 20060621 (460)
"Santiago el Mayor -dijo el Papa- es uno de los tres discípulos privilegiados que participan de cerca en momentos importantes de la vida de Jesús", como en la transfiguración sobre el monte Tabor o en la agonía en el huerto de Getsemaní. El apóstol "gozó de gran autoridad dentro de la primitiva iglesia de Jerusalén de la que tuvo también la responsabilidad temporal junto a Pedro".
"Hijo del trueno", el apodo que le da Jesús, probablemente corresponde "a su carácter impetuoso", demostrado entre otras ocasiones cuando pidió a Cristo que el fuego devorase una aldea de Samaria que no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. Su reacción, explicó Benedicto XVI, "manifestaba seguramente el amor por Jesús, y quizá también la enemistad tradicional entre judíos y samaritanos, pero Jesús no ama la violencia", por eso reprueba su comportamiento.
Dos experiencias importantes en la vida del apóstol son la transfiguración y la agonía de Jesús. "En un caso, Santiago, con otros dos apóstoles -observó el Santo Padre-, experimenta la gloria y el éxtasis; en el otro, se encuentra con el sufrimiento y la humillación" y esto le sirve "para corregir la interpretación (...) de que el Mesías esperado por el pueblo judío como un triunfador, no estaba rodeado solamente de honor y gloria, sino también de desdichas y debilidades".
"Santiago maduró gradualmente su propia fe descubriendo poco a poco la verdadera identidad mesiánica del Maestro". Después de Pentecostés, "una tradición nos habla de su evangelización en España, así como del traslado de su cuerpo a la ciudad de Santiago de Compostela, que desde entonces es meta de peregrinaciones".
"De Santiago podemos aprender muchas cosas -subrayó el Papa-, la prontitud en responder a la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos "la barca" de nuestra seguridad humana; el entusiasmo en seguirlo por los caminos que nos indica, fuera de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía, si es necesario hasta el sacrificio supremo de la propia vida".
Santiago, "que quería sentarse con su hermano junto al Maestro en su Reino, fue el primer apóstol que compartió su martirio", cuando durante los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa "prendió algunos miembros de la Iglesia" y "dio muerte por la espada a Santiago, el hermano de Juan".
Finalizada la audiencia, Benedicto XVI se trasladó a una sala del Aula Pablo VI, donde recibió el título de ciudadano honorario de la ciudad alemana de Regensburg.
AG/SANTIAGO EL MAYOR/... VIS 20060621 (460)
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